Lección XXV

El pecado de la división

 

I. Dios aborrece a quien la causa:

Prov. 6:19.  "El testigo falso que habla mentira, y el que siembra la discordia entre los hermanos".

 

II. Las facciones y sectas clasificadas como obras de la carne:

 

          1. Gál. 5:19-20.  "Y manifiestas  son las obras de la carne que  son:  enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones herejías".

          2. Rom. 2:8.  "Pero ira y enojo a los que son facciosos y no obedecen a la verdad".

          3. Sant. 3:13, 18.  Los celos y contenciones pertenecen a la sabiduría terrenal y son seguidas de toda obra perversa.

          4. 2 Pedro 2:1,2.  Los falsos maestros con sus herejías  destructivas traen una rápida destrucción y son causa de que la verdad sea blasfemada.

          5. 1 Cor. 11:17,18,  "no os congregáis para lo mejor sino para lo peor ... porque cuando os reunís como iglesia hay entre vosotros divisiones".

 

III. La iglesia instruida para "marcar" y "evitar" a los que causan división:

 

          1. Rom. 16:17,18.  Apartarse de ellos, porque ellos no sirven al Señor Jesucristo.

          2. 2 Juan 9-11.  Saludar y recibir a una persona así, es compartir de sus malas obras.

          3. Tito 3:10,11.  Primero amonestar, luego rehusar el compañerismo.

 

IV. La división destruye y derrota el propósito de la iglesia:

 

          1. Luc. 11:17.  Dividida contra sí misma (como el denominacionalismo presenta a la iglesia) no puede permanecer.

          2. Heb. 12:28.  La iglesia de Cristo es un reino que no puede ser removido.

 

V. La unidad y las obligaciones individuales del Cristiano:

 

          1. Efes. 4:3.  Dad importancia y guardad la unidad de Espíritu.

          2. Fil. 2:3.  No haciendo nada faccioso.

 

VI. Cómo se puede evitar la división:

 

          1. Tito 2:7.  Por la sana doctrina y una conducta limpia.

          2. Tito 1:9.  Por ser los ancianos retenedores de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, exhortando con doctrina pura y convenciendo a los que contradicen.

          3. Tito 3:9,11. Por evitar cuestiones necias y desechando a los que causen divisiones.

          4. 2 Tim. 2:14-18. Por usar bien la palabra de Dios, rehusando contender sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, y evitando profanas y vanas palabrerías.

          5. 2 Tim. 2:23-25. Por rehusar cuestiones necias e insensatas, pero tratando con mansedumbre y resignación con todos.

          6. 1 Pedro 2:4,7,11. Por mostrar el amor y la hospitalidad hacia todos, pero hablando como hablan las palabras de Dios.

          7. 2 Pedro 1:16 al 2:2.  Por rehusar enseñar las "profecías" que vienen de la mente humana.

          8. 1 Cor. 1:1-10.  Por limitarnos a la enseñanza de las materias de la fe para poder hablar todos la misma cosa.

 

Preguntas

 

          1. ¿Cuál es la actitud de Dios ante la discordia?

          2. ¿En qué catálogo de pecados están clasificadas las divisiones y facciones?

          3. ¿Cómo deben ser tratados los que hacen división?

          4. ¿Qué acontecerá si son animados en ese trabajo? (2 Juan 8-11).

          5. ¿Cómo describe el Señor Jesús los males efectos de la división?

          6. ¿Hasta qué punto está obligado uno a guardar la unidad del Espíritu?

          7. ¿Cómo podrá la sana palabra crear la unidad?

          8. ¿Cómo deben ser tratadas las cuestiones necias?

          9. ¿En qué forma promueve la división las interpretaciones privadas?

          10. ¿Cómo mantendrá la unidad el "hablar las mismas cosas"?

 

 

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