V.- La posibilidad de apostasía (la perseverancia)

       Una observancia inicial: no es cuestión de lo que haga o no haga el hijo de Dios, sino de lo que pueda hacer. Si las Escrituras afirman que el hijo de Dios puede caer de la gracia y así perderse, no es necesario presentar ejemplo o caso de alguien que haya caído de la gracia.

       La proposición es ésta: la apostasía es posible. Uno de los pun­tos cardinales de Calvino (el calvinismo) es la perseverancia de los santos (la imposibilidad de la apostasía). Hay varias iglesias que propagan esta enseñanza, entre ellas las distintas iglesias bautistas.

       Una observación importante: los bautistas, etc., tratan de evadir la proposición, citando muchos pasajes que enseñan la promesa de Dios de proteger al creyente y salvarle, etc. ¡Estos pasajes no tienen nada que ver con la proposición! La cuestión no tiene que ver con la parte de Dios, sino con la parte del cristiano. Todos admitimos que Dios ha hecho y hará Su parte; el punto está en que si el cristiano puede dejar de hacer la parte que le corresponde a él.

 

Dos pasajes favoritos de los bautistas:

       1. Juan 10:27, 28. ¡Este pasaje no toca la proposición! Enseña que Dios hará su parte, no dejando que alguna fuerza exterior arrebate a las ovejas (a los seguidores de Cristo). La proposición es que si puede la oveja dejar de seguir a Cristo.

       El ver. 27 dice que las ovejas siguen a Cristo. ¿Se les fuerza a seguirle? Los bautistas dicen que no, y con razón. Entonces, si le siguen por su propia voluntad, pueden dejar de seguirle por su propia voluntad también. Cristo protege a las ovejas que le sigan.

       2. Romanos 8:35, 38, 39. ¡Tampoco este pasaje toca la proposición! Trata de la protección de Dios, al no permitir que fuerzas exteriores (como la persecución, las armas, etc.) nos aparten de El. Para que este pasaje sirva a los intereses de la doc­trina bautista, debe ser incluida la propia voluntad del cristiano, diciendo el pasaje que Dios no permite que ni la propia voluntad del cristiano le aparte de El.

       A.- Pasajes usados para afirmar la imposibilidad de la apostasía.

       1. 1 Jn. 3:3; 3:9 más Rom. 4:8; Heb. 12:6-8. Algunos bautistas afirman que en la conversión la naturaleza del hijo de Dios es transformada de tal manera, y que es purificado el espíritu para ya no poder pecar, que si peca, es su cuerpo (carne) lo que será cas­tigado aquí en esta vida.

       2. Tito 1:2 más 1 Jn. 3:9. Se nos dice que si quitamos las palabras "no puede" a 1 Jn. 3:9, entonces podemos quitarlas a Tito 1:2, y de esta manera afirmar que Dios puede mentir. (La verdad es que 1 Jn. 3:9 no se refiere a una imposibilidad absoluta de pecar, como tampoco en 1 Cor. 10:21; Hech. 4:20, etc., se habla de una imposibilidad absoluta).

       3. Jn. 6:47, tiempo presente.

       4. Jn. 6:39, 40.

       5. Jn. 11:26, si el cristiano fuera al infierno, sería eso la muerte espiritual.

       6. Perseverancia: Fil. 1:6. El hijo de Dios no puede pecar (en espíritu), Mat. 7:18; Rom. 14:4; Jn. 10:27,28; Jn. 14:15; 1 Jn. 5:4.

       7. Jn. 5:24 más 1 Tim. 4:8. Vida eterna ahora y para siempre.

       8. Col. 3:3 más Ef. 2:1.

       9. Mat. 7:21, 22, "nunca os conocí", no os aprobé.

       10. Jn. 17:15, una oración del Señor. Sus oraciones siempre fueron oídas por Dios (Jn. 11:42); por lo tanto, Dios guarda a los suyos.

       11. Heb. 10:39, los verdaderos creyentes no se retiran a la perdición.

       12. Jn. 3:7, en la conversión el creyente recibe una nueva natu­raleza (una que no peca en espíritu).

       13. Jn. 10:4, 5.

       14. 1 Ped. 1:23, la palabra del Señor permanece, y el creyente es nacido de esa palabra; por lo tanto, él permanece.

       15. Rom. 9:16; 4:16

       16. Rom. 8:14.

       17. 1 Cor. 1:18.

       18. Sal. 37:24.

       19. 1 Cor. 10:13.

       20. 2 Tim. 1:12.

       21. Sal. 89:32, 33. Un hijo de Dios puede apartarse del servicio de Dios y ser castigado, pero no será echado en el infierno.

 

B.- Refutaciones.

       1. Una Observación General: Los bautistas, etc., no distinguen entre la promesa de Dios de vida eterna y el hecho de tenerla en realidad. Los pasajes que hablan de tener la vida eterna ahora (como Jn. 5:24) se refieren a la promesa de vida eterna. La promesa se puede tener ahora, pero la vida eterna en realidad no es poseída ahora, ¡de otra manera los que la tuvieran no morirían!

       Nótese 1 Jn. 2:25; Luc. 18:30; 1 Tim. 4:8. En Josué 6:2, dice Dios a Josué, "Mira yo he entregado (tiempo presente perfecto) en tu mano a Jericó... Luego al seguir las instrucciones y obedecerlas los israelitas tomarían la ciudad de Jericó. Dios le había dado la ciudad a Josué en promesa. Josué tuvo que obedecer las instruc­ciones para que la promesa llegara a ser realidad.

       Dios promete a sus hijos vida eterna, y se la da en promesa. Para obtenerla en realidad, hay que seguir sus mandamientos fielmente hasta la muerte. Las promesas de Dios son condi­cionales. Véanse Jos. 1:6 más 7:12; también Apoc. 2:7,11,17,26; 3:5,12,21.

       2. Una observación general: algunos bautistas hacen distinción entre los pecados del espíritu y los del cuerpo, diciendo que el cris­tiano no puede pecar con su espíritu (1 Jn. 3:9). Si peca, es con su cuerpo, el cual castigará Dios (Heb. 12:6). Pero el espíritu no peca, y por eso no se puede perder.

       ¡Ellos pueden decir que Ananías y Safira fueron salvos! Dicen que la muerte física fue el castigo para su carne, pero que sus almas fueron salvas por la doctrina de la perseverancia. Sin embargo al mentir ellos no pecó su carne, sino el hombre interior (Hech. 5:4).

       La carne peca, siendo dirigida por el corazón (Mat. 15:18, 19). En 1 Cor. 5:9, 10 encontramos la fornicación y la avaricia men­cionadas en la misma conexión. Así la Escritura no hace distinción entre pecado de carne y pecado de espíritu o corazón. 1 Tes. 5:23; 2 Cor. 7:1. El pecado es pecado y la paga del pecado es muerte, Rom. 6:23.

       3.- Pasajes Que Refutan Esta Falsa Doctrina.

       (a)- Luc. 9:26.

       (b)- Jn. 8:51; 15:1,6.

       (c)- Hech. 1:24, 25.

       (d)- 1 Cor. 8:11; 9:27; 10:12; 11:29; 15:1,2.

       (e)- Gál. 5:4.

       (f)- 1 Tim. 1:19; 4:1; 5:8, 11, 12; 6:10.

       (g)- Heb. 2:1,2; 3:12; 4:1; 6:4-6; 10:39; 12:15.

       (h)- 2 Ped. 1:10, 11; 2:20-22; 3:17.

       (i)- 1 Jn. 2:24.

       (j)- Apoc. 2:19.

       (k)- Jos. 5:6.

 

 

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