Prefacio a El Debate Smith-Hicks
Sobre el divorcio y segundas nupcias
Se escriben estas líneas para animar a todos que no solamente lean este debate, sino también que lo estudien.
Este debate entre el hermano J. T. Smith y el hermano Olan Hicks se publica debido a la franqueza del hermano Hicks. Otros hermanos que enseñan error sobre la cuestión del divorcio y segundas nupcias no son tan francos como este hermano. El afirma la proposición de que "Las Escrituras enseñan que todas las personas divorciadas, incluyendo a las personas cuyos cónyuges aún viven, pueden, con la aprobación de Dios, entrar y sostener un matrimonio con otra persona". Este hermano está muy equivocado pero su franqueza es digna de alabanza.
Otros hermanos -- como Mel Rose, Raymundo González, Mike Méndez y otros de California -- que yo sepa, no afirman esta proposición, pero es lo que creen. Sacan vueltas, hacen rodeos y hacen todo lo posible por no decir lo que creen, pero el hermano Hicks simplemente lo dice y punto.
Otra cosa digna de alabanza en la presentación del hermano Hicks es que en cuanto al divorcio y segundas nupcias, él no hace diferencia entre inconversos y miembros de la iglesia. El hermano Homer Hailey y otros enseñan que los inconversos que quieran obedecer al evangelio se pueden quedar en su matrimonio aunque se hayan divorciado y vuelto a casar dos o tres veces, porque -- según ellos -- la ley de Cristo no tiene aplicación en el caso de los inconversos sino solamente para cristianos. El hermano Hicks no enseña tal cosa. Lo que él enseña es para todos. Alabamos su honestidad. Está bien equivocado pero también bien consecuente.
En este debate el proponente del error, el hermano Olan Hicks, es un hombre muy educado, muy preparado y sumamente astuto para presentar sus argumentos de la manera más plausible. No solamente tuerce muchos textos, sino que también sabe mucho griego y lo usa mal, tal vez con la actitud de ¿y cuántos hermanos lo sabrán? Por ejemplo: (1) la palabra lelusai, libre, del verbo luo, usada en 1 Cor. 7:27. Hicks dice que la palabra apoluo, repudiar, viene de luo y, por eso, significan la misma cosa y que, por eso, este texto incluye a los divorciados; pero no luo sino apoluo se usa en los textos que hablan de repudiar (divorciarse): Mat. 5:31, 32; 19;3, 7, 8, 9; Marcos 10:2, 4, 11, 12; Lucas 16:18. En 1 Cor. 7:27, 28 Pablo no habla de divorciados sino de solteros y viudos. (2) Otra palabra que Hicks usa mal es choridzo, separar. El hno. Smith explica que 1 Cor. 7:10 usa esta palabra ("no se separe") y que es la misma que Jesús usa en Mat. 19:6, "no lo separe" y que esto se refiere a lo mismo que el repudio o divorcio, pero Hicks insiste en que no es así. Dice que no es divorcio sino simplemente separación. Hicks rechaza la verdad aquí porque enseña que la mujer divorciada se puede volver a casar mientras que Pablo dice de la mujer en 1 Cor. 7:10 "quédese sin casar".
Asimismo Hicks obstinadamente ignora el contexto de 1 Cor. 7:27, 28 y lo aplica a los divorciados, pero este capítulo no trata el tema de segundas nupcias. El hermano Smith insiste fuertemente a través del debate que Hicks tiene a Dios aprobando el adulterio, porque usa 1 Cor. 7:27, 28 para probar que los divorciados pueden volver a casarse, pero dice que Mat. 19:9 enseña que el que se divorcia y se vuelve a casar comete adulterio. ¡Y es cierto! Según la enseñanza de Hicks Dios aprueba adulterio. En todo el debate Hicks no lo podía negar.
El argumento principal de Hicks es que el adulterio de Mat. 19:9 se refiere a dos cosas: el divorciarse y el volverse a casar. Como el hermano Mike Méndez, de California, enseñó en El Salvador: "El adulterio no se comete en la cama". Dicen esto para que puedan decir, "Arrepentidos, pues, de estas dos cosas, todos quedan libres para volver a casarse". No hay en el vasto mundo ningún mormón, "testigo", pentecostal o bautista que haya torcido las Escrituras más que estos falsos maestros tuercen estos textos. Todo el mundo sabe lo que es el adulterio. Las reglas de la gramática demandan que una palabra se entienda en su sentido ordinario a menos que haya algo en el contexto que no lo permita, y en Mat. 5:32; 19:9 (y textos en Marcos y Lucas) es lógico y razonable entender la palabra adulterio en su sentido ordinario. No hay nada en el contexto que lo prohíba.
Al hermano Hicks no le importa nada lo que los lexicógrafos dicen acerca del adulterio. No le molesta que no hay diccionario ni léxico que explique el adulterio de Mat. 19:9 como él lo explica. El se considera a sí mismo más inteligente que los tales. El y sus hermanos súper liberales así lo explican y para ellos así será. Así es la "erudición" del hermano Olan Hicks.
Tal vez el argumento más fuerte del hermano Smith para refutar esa insensatez es el caso del que se casa con la repudiada; por ejemplo, un hombre soltero -- que nunca se divorció, nunca se volvió a casar -- se casa con la repudiada. Según Jesús, ¡éste comete adulterio! Pero ¿adulterio como el de la proposición de Hicks? De ninguna manera, porque nunca se divorció y nunca volvió a casarse. ¿Qué pues? Desde luego, adulterio físico, acto sexual ilícito. Al leer todo el debate verá que Hicks no se atreve a "contestar" este argumento. ¡Destruye por completo su teoría insensata!
Toda persona en su juicio cabal sabe que el "casarse" implica el acto sexual. En esto las dos personas llegan a ser una sola carne. La prueba de esto se ve claramente en 1 Cor. 6:18. ¿Cómo llega alguno a ser una carne con una prostituta? Hay hermanos que no enseñan error sobre el divorcio y segundas nupcias que tienen ideas ilógicas sobre este punto. Creen que cuando el juez dice "Yo os declaro marido y esposa" (o las palabras que se usen), en ese instante están casados en todo sentido de la palabra. Cuando el juez declara que son marido y esposa, en ese momento ¿son una sola carne?
El hermano Hicks es muy burlón. Se burla de Smith diciendo que él (Smith) cree que el matrimonio es un "sacramento hecho en el cielo", que solamente Dios une y solamente Dios separa, que "una vez casado, siempre casado", etc. (Esto me recuerda de la doctrina absurda de Mel Rose de que Dios no está involucrado en el pacto matrimonial). Desde luego, los falsos maestros quieren excluir a Dios de todo aspecto del tema para que el hombre haga lo que quiera casándose, divorciándose y volviendo a casarse.
A través del debate Hicks dice que el problema principal es que Smith enseña que muchas personas simplemente no pueden casarse, nunca, con nadie. Lo repite muchas veces. Al leer este libro se dará cuenta que Hicks enseña que todos -- sin excepción e incondicionalmente -- pueden estar casados para evitar la fornicación (1 Cor. 7:2), pero nunca quería hablar de las personas de los vers. 11, 12 que tienen que quedarse sin casar si no pueden reconciliarse con sus cónyuges. El habla mucho de que el matrimonio es para evitar la fornicación y, por eso, todos deben estar casados. Cita repetidas veces 1 Cor. 6:9-11 y habla de "ex-adúlteros" y dice que en el siguiente capítulo (7:2) Pablo les dice que deben casarse ¡para evitar la fornicación! (Desde luego, para él los ex-adúlteros son los que cometieron adulterio al divorciarse y volverse a casar).
Por eso, el hermano Hicks no solamente cree que los divorciados pueden volver a casarse, sino también que se puede divorciar del cónyuge afligido con enfermedad mental si "la enfermedad mental es de tal naturaleza de que el matrimonio es no-existente... Creo que es necesario que haya suficiente mentalidad para tener amor y devoción antes de que un matrimonio pueda continuar existiendo". Si alguno cree que su cónyuge es lo suficiente loquito puede divorciarse y buscar otro. Quien sabe lo que Mel Rose, Raymundo González y socios digan de esto.
Hicks es un hermano de poca urbanidad. Dirá cualquier cosa para ganar seguidores para su error. En un discurso dijo que algún predicador había sugerido una idea para los hermanos desesperados por no poder tener esposa que cuando ya no podían aguantar buscaran una prostituta para un fin de semana y luego confesar su pecado y seguir adelante hasta otra ocasión cuando ya no pudieran aguantar y luego repetirlo. Desde luego, la implicación es que esta es la "solución" que ofrecemos para una situación insoportable. En todo el debate Hicks afirma o implica que es imposible que muchos hermanos vivan fielmente sin estar casados.
También dice que la doctrina de Smith hace que los hermanos mientan (implicando que muchos hermanos que están en segundas nupcias dicen que se divorciaron por causa de fornicación cuando no fue así).
Habla de casos de parejas que fueron enseñadas que su matrimonio no era correcto y que cuando se separaron hubo consecuencias muy feas. Dice que supo de una hermana que cometió suicidio para que su marido pudiera volver a casarse, porque ella sabía que él no podía vivir fielmente sin mujer. Habla de otro caso semejante en Arkansas en que después de tal separación la mujer murió pronto por la tristeza, el marido fue al mundo y los niños fueron recogidos por un asilo para huérfanos. ¡Y luego descaradamente acusa al hermano Smith de presentar material prejuicioso!
Es muy astuto el hermano Hicks. Acusa al hermano Smith (y a todos los que enseñamos la verdad sobre este tema) de no creer en la gracia, perdón, redención, compasión, etcétera. Para él toda persona que esté en segundas nupcias -- sin hacer caso de cuántos matrimonios previos haya tenido ni la razón de tantos divorcios -- que sólo busque la gracia de Dios y el perdón de Cristo y seguir con el cónyuge que tenga. Sólo Dios sabrá cuántos hermanos tengan comezón de oír esta doctrina de conveniencia.
El hermano Smith insiste mucho en que los que están en matrimonios adúlteros deben dejar su fornicación como los homosexuales deben dejar su fornicación, pero el hermano Hicks dice que los casos no son nada paralelos y que el homosexual simplemente debe dejar su práctica así (tronando los dedos). Esto indica la ignorancia del hermano Hicks en cuanto a la fuerza de la unión homosexual. Estas parejas "se aman" mucho y no quieren separarse. Conozco un caso aquí en Texas de un joven homosexual que cuando su padre le rogaba que dejara su compañero, el joven le dijo que eso sería igual a que sus hermanas dejaran a sus maridos.
Otra idea necia del hermano Hicks es que en Mat. 5:32 cuando el marido repudia a su esposa, ella en ese momento es en algún sentido una adúltera.
Pero lo más absurdo de este debate es que Hicks lamenta que esta cuestión estorbe la comunión entre hermanos. El habla de cómo la cuestión del divorcio y segundas nupcias no debe afectar la comunión entre hermanos y luego pronto acusa al hermano Smith de enseñar doctrinas de demonios (1 Tim. 4:1-3) al prohibir ciertos matrimonios. Hicks niega que este texto tenga que ver con el celibato del clero católico. Entonces ¿él quiere tener comunión con los que enseñan doctrinas de demonios?
Este libro fue traducido por el hermano Jaime Restrepo de Manizales, Colombia, y este servidor. Recuérdese que este debate no fue escrito sino oral. A veces el lenguaje está un poco confuso; por ejemplo, frecuentemente apuntaban a los diagramas y, por eso, hay mucho "aquí" y "allí" y "ahí". También por ser oral todo fue extemporáneo (desde luego no leyeron manuscritos ya preparados). Hay gran cantidad de dichos y expresiones que no se pueden traducir y, posiblemente, algunos de los que tradujimos no tienen mucho sentido. (Para los que saben ingles algunos ejemplos son: little jam, big jam, observed the Passover, hoof and mouth disease, I'll just leave that hanging there, etcetera). Mil veces dicen "now", "well, now", "all right", "and so", "you see", etcetera. La mayoría de estas expresiones se tradujeron pero no todas.
Aquí está, pues, el debate Smith-Hicks sobre el tema del matrimonio, el divorcio y segundas nupcias. Lo imprimimos y repartimos con la esperanza de que estimule más estudio sobre este tema importante y que nos haga ver aun más claramente lo dañino de esta herejía que con tanta energía Hicks y muchos otros hermanos propagan.
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