La Escritura no habla sobre este tema. Por eso, no es correcto decir que es pecado. Lev. 18 prohibía el matrimonio entre parientes cercanos, pero entonces da una lista de tales uniones y la de primos hermanos no se incluye. Aunque esta sea la ley de Moisés nos explica lo que Dios prohibió en aquel entonces.
Los primos hermanos que se casan corren el riesgo de que sus hijos o nietos hereden debilidades intensificadas; es decir, todos tenemos debilidades físicas (¿y mentales?) y al casarse los de la misma sangre se intensifican estas debilidades. Al casarnos con no parientes las debilidades son diferentes y no intensificadas.
En fin, creo que los primos hermanos no deben pensar sólo en sus propios deseos, sino también en las posibles consecuencias para sus hijos y nietos. Es muy posible que en un caso dado nada ocurra, ni en hijos ni nietos, pero no se puede negar que el peligro existe.
Al Estudio Anterior: Prefacio a El Debate Smith-Hicks: Sobre el divorcio y segundas nupcias | Al Siguiente Estudio: El Divorcio: Dios detesta el repudio (divorcio) - Mal. 2:16 |