La Religión Subjetiva (2)

VI. La Religión Objetiva.

    A. El Nuevo Testamento revela una religión, una salvación, no basada en los pensamientos ni en las experiencias hu­manas, sino en el Salvador Cristo Jesús (1 Cor. 2:2; 1 Cor. 15:1-8; Rom. 1:16, 17).

    B. Al escribir el apóstol Pablo de esta gran salvación la describe como "las ines­crutables riquezas de Cristo" (Efes. 3:8). Véase Rom. 11:33-36. El hombre nunca hallará riquezas espirituales dentro de su propio ser, dentro de su propios pen­samientos, porque el hombre no puede originar tales tesoros. Así dice Pablo en 1 Cor. 2:9, "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman". Pablo sigue explicando que solamente por medio de la revelación de Dios se recibe el conocimiento de las cosas de Dios. El "hombre natural" del cual Pablo habla en este texto (ver. 14) es el hombre sin revelación.

    C. La religión objetiva se basa en los hechos: la muerte, la sepultura, la resurrección, y la ascensión de Jesús para sentarse sobre su trono (el trono de David su padre según la carne). Nuestra salvación tiene base firme en estos hechos, y no en los pensamientos ni en las imaginaciones de los hombres. La fe que se basa en los pensamientos de uno mismo no se basa en roca firme, sino en la arena.

    D. Pero lamentablemente algunos miembros de la iglesia del Señor se cansan de oír estas "bellas palabras de vida", y quieren "subir a un nivel espiritual más alto". Quieren lo que llaman el "evangelio completo". Con estas expresiones quieren decir que en realidad quieren las prácticas falsas del pentecostalismo, un movimiento que abiertamente rechaza la revelación del Nuevo Testamento como completa y confirmada con milagros una vez por to­das (Judas 3).

    E. Sin embargo, el cristiano verdadero nunca se cansa de oír el sencillo evangelio de Cristo. El que se cansa de oírlo y que quiere algo aparte del evangelio sencillo está enfermo espiritualmente. Si leemos Rom. 1:1-17, meditando en cada pen­samiento presentado por Pablo, veremos que aquí hay belleza inefable. Es increíble que un cristiano abandonara la fe objetiva para buscar una religión subjetiva, basada en los sentimientos humanos. Los tales buscan la salvación en sí mismos y no la buscan en Cristo. "Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no re­tienen agua" (Jer. 2:13).

VII. El Hombre Pecador Está Perdido, Necesitado Del Perdón

    A. A muchos se les olvida este detalle. Los que buscan la religión subjetiva no re­cuerdan este tema central de la Biblia. El hombre ha pecado, y por eso no puede es­tar en la presencia de Dios. Aunque lleve una vida recta y moral, sigue siendo pecador y destituido de la gloria de Dios (Rom. 3:23).

        1. La palabra "justificación" es tér­mino legal. Ante la Corte Celestial todos han pecado y están perdidos. El veredicto universal (sin excepción) es "¡culpable!" Al que muere en esta condición le espera solamente la ruina eterna, el sufrimiento para siempre en el infierno.

        2. Pero Cristo hizo algo por nosotros para evitar esta condenación. El vino al mundo para ser nuestra propiciación. Vino al mundo para morir en nuestro lugar, como nuestro substituto, para cubrir nuestros pecados. Así es el significado de la palabra "propiciación". La palabra "propiciatorio" es el nombre dado a la cubierta del arca del pacto que era rociada cada año en el día de expiación para "cubrir" los pecados del pueblo. Cristo murió para "cubrir" los pecados nuestros, para redimirnos o rescatarnos de la condenación. Por medio de su muerte Dios nos puede perdonar. Dios "justifica" al pecador, proclamándole "inocente" en lugar de "culpable"

        3. "Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado" (Rom. 4:7, 8). Esta es la ver­dadera bienaventuranza, la dicha que llena el corazón con "la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento" (Fil. 4:7), produciendo el gozo profundo y duradero. No es cosa pasajera (cosa del momento) como el "gozo" de las campañas carismáti­cas, tampoco se requiere que uno asista a alguna campaña para ser estimulado emocionalmente. Más bien se requiere la obe­diencia a la revelación de Dios. Dice Pablo (2 Tim. 1:12), "Yo sé a quién he creído". Los que no "encuentran a Cristo" en la obe­diencia a esta revelación, no lo encontrarán. Los que no se sienten com­pletamente confiados en esto, nunca hallarán la certidumbre.

    B. La religión objetiva, la fe objetiva, tiene que ver, pues, con la salvación (el perdón de los pecados). Para los que no tienen interés en esto la religión es pura diversión. No la toman en serio. En reali­dad si los "servicios" carismáticos se juzgan objetivamente, serán clasificados como más carnales que espirituales. La música es más carnal que espiritual. El propósito de la religión subjetiva es satisfacer la carne. La fe objetiva es para salvar y alimentar el es­píritu. Sirve para salvar el alma de la perdición eterna.

VIII. La Gracia De Dios Instruye.

    A. La gracia de Dios no es algo que se infunda misteriosamente en el hombre. Dice Pablo a Tito (2:11-14) que la gracia de Dios que trae salvación nos instruye, nos enseña.

    B. Los que hablan de la gracia sin dedi­carse diligentemente a la instrucción de la palabra de Dios no han comprendido la palabra "gracia". El evangelio es la pa­labra de su gracia (Hech. 20:32), y pre­cisamente en esta instrucción obedecida se halla la bienaventuranza de Dios.

    C. Pero los que buscan la religión sub­jetiva no hacen caso de la doctrina. Obsérvese bien que en el movimiento carismático la doctrina no recibe mucha atención. Se hace a un lado. Es secundaria. Lo impor­tante es "lo que el Espíritu Santo obra en el corazón". Toda la atención se enfoca en el llamado bautismo en el Espíritu Santo, en hablar en lenguas, en contar experien­cias, y en dar testimonios. Hablan de "un encuentro personal con Jesús".

        1. Pero ¿qué dicen del bautismo en agua para el perdón de pecados? Creen que no importa, que no es necesario. ¿La cena del Señor? No se ce­lebra cada primer día de la semana (Hech. 20:7). ¿Dónde autoriza la Biblia el uso de instrumentos mecánicos de música en el culto de la iglesia? Creen que no importa esta pregunta. ¿Qué dice la Biblia acerca del gobierno de la iglesia? Esto no les interesa. Lo importante para ellos es la religión subjetiva, lo que ellos mismos sienten en sus corazones. El orden de Dios en cuanto al plan de salvación, en cuanto al culto o en cuanto al gobierno de la iglesia no les interesa.

        2. Pero recuérdese siempre que la persona que de veras está bajo la dirección del Espíritu Santo respeta las ins­trucciones del Espíritu Santo en la Biblia. La ac­titud de aquellos que ofrecen a Dios el culto de su propia preferencia es actitud de rebeldía. La mente de Dios es revelada en las escrituras del Nuevo Testamento (1 Cor. 2:11-13), y es imposible conocer la mente de Dios si no las estudiamos. Y si le ofrecemos culto que nos gusta a nosotros en lugar de ofrecerle lo que El pide, no lo aceptará.

        3. Por lo tanto, la gente puede asistir a alguna reunión religiosa y puede emo­cionarse mucho, aun hasta sentirse ex­tático, cantando y gritando "Gloria a Dios", pero Dios no acepta a los que no hacen su voluntad. Tal servicio es otro caso de decir "Señor, Señor" sin hacer lo que El enseña (Mat. 7:21-23; Luc. 6:46). A los tales Jesús dirá: "No os conozco, apartaos de mí" (Mat. 7:23).

    D. Es por eso que pueden unirse todos los carismáticos, no obstante sus "diferencias" doctrinales, porque en ese movimiento la doctrina de Cristo no importa. Los caris­máticos católicos, bautistas, metodistas y pentecostales son hermanos. Pero los ver­daderos cristianos del primer siglo se unían perseverando "en la doctrina de los apóstoles" (Hech. 2:42). Buscaban la unidad enseñada en Efes. 4:1-6.

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