La Religión Subjetiva (4)

XII. Los Tres Mil Conversos El Día De Pente­costés.

    A. ¿Qué diremos de los tres mil que fueron bautizados en agua el día de Pentecostés para el perdón de sus peca­dos, y para recibir el don del Espíritu Santo? (Hech. 2:28-41).

        1. Para ellos no había nada de "lenguas repartidas, como de fuego"

        2. Los apóstoles no les dijeron que oraran por el bautismo con el Espíritu Santo. No les dijeron que pidiesen el don de lenguas para poder alabar mejor al Señor.

    B. Léase Hech. 14:21, 22. Cuando Pablo y Bernabé volvieron a visitar a los nuevos conversos en Listra, Iconio y An­tioquía, estaban "confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios".

        1. ¿Por qué no les dijeron que oraran por el don de lenguas? ¿Por qué no les dijeron de la importancia de recibir el bautismo del Espíritu Santo? Estas son las cosas más importantes según el concepto de los carismáticos. Para estar seguros de su salvación, para andar muy cerca de Dios, y para tener al Señor Jesús en su corazón, creen que son indispensables los dones espirituales. ¿Por qué, pues, omi­tieron Pablo y Bernabé algo tan impor­tante?

XIII. Los Que Practican La Religión Subjetiva Quieren "Algo Mas".

    A. Creen que muchas personas que han aceptado a Cristo no han recibido "todo cuanto Dios quiere darnos". Hablan mu­cho de querer recibir todas las cosas que "Dios quiere darnos".

    B. No quieren ser cristianos "ordinarios", sino "extraordinarios". Esto nos recuerda de los místicos que se jacta­ban de recibir algo más de lo que recibían los laicos

    C. Creen los carismáticos que hay dos clases de cristianos que van al cielo: los que tienen los dones van "en primera clase", y los otros van "en segunda clase".

        1. Para ellos, la persona que no sido bautizada con el Espíritu Santo pasa la vida como "cristiano de segunda clase", como quien tenga televisor sin color (blanco y negro), que la vida no tiene lus­tre, todo es de color gris.

        2. Creen que si no viven sobre una altiplanicie emocional, la vida no tiene gusto, no tiene sabor (como la comida mexicana sin chile).

        3. Para los carismáticos el emo­cionalismo producido en sus cultos les sirve como una especie de droga. Muchos pierden control de sí, dando rienda suelta a sus emociones. El alcohol y otras drogas producen el mismo efecto.

XIV. Pero Hay Plenitud En Cristo.

    A. Los que van más allá de lo que está escrito, buscando y pidiendo "algo más" que la salvación, la justificación, y la re­conciliación con Dios, no quieren la pleni­tud en Cristo. Hablan de "el evangelio pleno", indicando que para ellos el evan­gelio no es suficiente sin los dones espiri­tuales.

        1. Estos caen en el error de los judaizantes, que creían que era necesario que los cris­tianos gentiles fueran circuncidados y que guardaran la ley de Moisés. A los tales dice Pablo (Colosenses 2:10), "Vosotros estáis completos en cristo".

        2. Dice en Col. 2:3, "en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento". Estas promesas son para nosotros también y no tienen nada que ver con poseer los dones del Espíritu Santo

    B. Pero en su ignorancia los carismáticos quieren más. El tener a Cristo no les basta. Hablan mucho del Espíritu Santo, no re­conociendo que Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo son uno en su propósito y obra. El que tiene a Cristo tiene al Padre y al Espíritu Santo.

    C. La misión del Espíritu Santo era glo­rificar a Cristo (Jn. 16:14, "El me glorificará"). El Espíritu Santo no guió a los apóstoles a glorificar al Espíritu Santo, sino les guió a glorificar a Cristo. Cristo es el tema de la predicación apostólica.

        1. Pero los carismáticos hablan de la obra del Espíritu Santo como si fuera obra más significante o más importante que la de Cristo, y como si fuera una obra aparte de la obra de Cristo. Esta doctrina falsa pone la obra del Espíritu Santo en compe­tencia con la de Cristo.

        2. Pero la obra del Espíritu Santo es la obra de Cristo.

Al Estudio Anterior: La Religión Subjetiva (3)
Sermones Index
Al Siguiente Estudio: Cisternas rotas que no retienen agua