Mateo 5:23-26, Arrepentirse, rectificar el mal, presentar ofrenda


Introducción.

          A. El propósito principal de ofrecer sacrificios y ofrendas a Dios es para reconciliarnos con El.

          B. Sería absurdo, pues, presentar ofrenda a Dios antes de arrepentirnos y corregir el mal que nos apartó de Dios.

I. El mensaje de los profetas.

          A. Dijeron repetidas veces que los sac­rificios y ofrendas no eran aceptables sin la santificación.

                   1. Amós 5:21,22, "no los recibiré".

                   2. Miqueas 6:6-8, ofrendas sin justi­cia no eran aceptables.

                   3. Sal. 40:6-8, no quería sacrificio, sino que hicieran su voluntad.

                   4. Sal. 51:17, Dios quiere corazón contrito.

          B. La enseñanza de Mat. 5:23-24 es semejante a lo que decían los profetas.

          C. Juan el bautista dijo, "Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento" (Mat. 3:8).

II. "Y allí te acuerdas de que tu her­mano tiene algo contra ti".

          A. Jesús pinta la imagen del oferente que trae su ofrenda al altar para esperar la llegada del sacerdote, pero al meditar se acuerda que no ha buscado la recon­ciliación con su hermano.

          B. El contexto indica que probable­mente que se haya enojado contra su hermano y que lo haya despreciado con palabras abusivas. (El ver. 23, "Por tanto" lo conecta con el ver. 22).

                   1. Dios no acepta la adoración de la persona que tiene malicia, celos, amargura, etc. en el corazón.

                   2. Por lo tanto, primero debe recon­ciliarse con su hermano y luego ofrecer su ofrenda a Dios.

                   3. Debemos reconocer las faltas, pedir disculpas al hermano ofendido, y en­tonces ofrecer culto a Dios.

          C. Por lo tanto, Jesús dice, "Deja allí tu ofrenda delante del altar". Antes de ofre­cer su culto a Dios, hay otro asunto que requiere atención. ¿No es el culto a Dios lo primero y lo principal? Sí, pero algo tiene que precederlo, es decir, la recon­ciliación con el hermano.

III. "Y anda, reconcíliate primero con tu hermano".

          A. Nuestra relación con Dios depende de nuestra relación con los hermanos.

          B. 1 Juan 4:20, "Si alguno dice, Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su her­mano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?"

          C. 1 Ped. 3:7, los maridos deben amar a sus esposas, "para que vuestras oraciones no tengan estorbo". Las relaciones fami­liares afectan nuestro culto a Dios. La verdad es que toda relación humana lo afecta.

          D. "Anda tú". Jesús no dice, "Espera hasta que tu hermano venga a ti", sino "anda", de una vez, aun antes de ofrecer culto a Dios.

                   1. El que ofende a otro, debe bus­carlo cuanto antes. El culpable debe tomar la iniciativa. Debe encontrar al hermano ofendido para pedirle perdón.

                   2. Mat. 18:15, "si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos". Es decir, también el ofendido debe buscar al ofensor. Anda tú. Ve tú. Dice Cristo que el ofensor debe buscar al ofen­dido, y el ofendido debe buscar al ofensor. Cristo no dice, "Quéjate y murmura del hermano con todo el mundo", sino "anda", "vé" a él en persona, y de manera respon­sable y madura resuelve el problema. Si los dos hacen la voluntad de Cristo, se en­contrarán en el camino buscando el uno al otro. ¡Qué cambio habría en las iglesias de Cristo si los miembros creyeran y prac­ticaran esta enseñanza!

                   3. La triste verdad es que muchos miembros de la iglesia prefieren hablar de los errores de los sectarios en lugar de oír esta enseñanza.


          E. El pecado que nos separa del her­mano también nos separa de Dios (Isa. 59:1,2). Muchos de los pecados referidos por Isaías eran injusticias contra sus her­manos. Los profetas hablan mucho de pecados tales como oprimir y defraudar al hermano, venderlo por un par de zapatos, etc. (Oseas 12:6-8; Amós 5:10-12).

          F. ¿Cuántos hermanos ofrecen culto a Dios semana tras semana sin recordar esto? ¿Cuántos hermanos ofrecen culto a Dios y ni siquiera quieren saludarse unos a otros, mucho menos reconciliarse unos con otros?

          G. ¿Creemos, quizá, que Dios hará acepción de personas porque nosotros somos "la iglesia verdadera"? La triste verdad es que hay muchos sectarios que practican esta enseñanza más que algunos hermanos.

IV. "Ponte de acuerdo con tu adversario pronto".

          A. Este caso trata de alguien que debe dinero a otro. Conviene pagar al acreedor ("adversario"), o hacer algún arreglo con él, cuanto antes, para evitar más proble­mas.

          B. Tales problemas siempre crecen si no se busca muy pronto una solución. ¡Crucifíquese el orgullo egoísta!

          C. Es más fácil solucionar el problema si se hace pronto. De otro modo, el problema crece. ¿Por qué esperar? Re­cuérdese que hasta que se arregle el problema con el hermano, no es posible adorar a Dios.

Preguntas sobre Mateo 5:23-26

          1. ¿Cuál es uno de los propósitos prin­cipales de ofrecer sacrificios a Dios?

          2. Si ofrecemos a Dios sacrificio por al­gún pecado sin habernos arrepentido del pecado, ¿lo aceptará Dios?

          3. ¿Qué decían los profetas acerca de ofrecer sacrificios a Dios sin arrepentirse del pecado? Amós 5:21,22; Miq. 6:6-8; Sal. 51:17.

          4. ¿Qué dijo Juan el Bautista a los fariseos y saduceos que venían a su bautismo? Mat. 3:8.

          5. El ver. 23 empieza con las palabras, "Por tanto", conectando el ver. 23 con el ver. 22. Esto indica que probablemente el pecado recordado es _______________.

          6. Nuestra relación con Dios depende de nuestra relación con _______________.

          7. ¿Puedo adorar a Dios si estoy eno­jado y resentido contra mi hermano?

          8. ¿Podemos amar a Dios si no amamos a los hermanos? 1 Jn. 4:20.

          9. Jesús dice (ver. 24) que el hermano que ofende a otro debe ir y buscar la reconciliación con él. ¿Qué debe hacer el hermano ofendido? Mat. 18:15.

          10. Jesús emplea una palabra en el ver. 24, y otra en el ver. 25 que indican la urgencia de reconciliarse con el hermano. ¿Cuáles son?

          11. Si he pecado contra mi hermano, ¿no sería mejor esperar una semana o dos (o tres) para que esté más calmado cuando le visite?

          12. Si he pecado contra mi hermano, ¿será necesario que vaya a buscar la re­conciliación con él aunque él también me haya ofendido?

          13. Los cristianos ofrecen sacrificios y ofrendas espirituales a Dios. ¿Cuáles son? Rom. 12:1; Heb. 13:15, Fil. 4:18.

          14. Si voy al culto y me acuerdo que mi hermano tiene algo contra mí, ¿no puedo esperar hasta después del culto para bus­car la reconciliación con él?

          15. ¿Qué debo hacer si comienzo a tomar la cena del Señor y recuerdo que mi hermano tiene algo contra mí?

          16. Si salgo del sitio de reunión para buscar al hermano ofendido, ¿no pecaré por no tomar la cena del Señor?

          17. ¿Es más fácil buscar la reconci­liación con el hermano hoy o mañana?

          18. Si hay miembros enfermos que debo visitar, ¿debo visitarles inmediata­mente, o buscar primero al hermano ofendido para reconciliarme con él?

          19. ¿Creían los escribas y fariseos que la condición del corazón y la relación entre hermanos afectaban su culto a Dios? (¿Habrá hermanos que estén de acuerdo con ellos?)

          20. ¿A quién se refiere la palabra "adversario" en el ver. 25?

          21. ¿Qué pasa con los problemas que no se resuelven pronto? ¿Se resuelven por sí solos?

          22. Si algún hermano no paga sus deu­das, ¿es justo ante los ojos de Dios que sea echado a la cárcel aunque sea miembro de la iglesia? ¿Por cuánto tiempo?


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