La Predestinación: Romanos 8:28-30

I. El Propósito De Dios. Rom. 8:28-30.

     Estudiemos este hermoso texto para estudiar la pregunta: ¿enseña Pablo la predestinación incondicional de algunos individuos en particular? o ¿enseña la predestinación condicional de una clase de gente? ¿Se refiere Pablo a ciertos indivi­duos o se refiere a una clase de

individuos?

     A. En este texto Pablo (el Espíritu Santo) presenta el plan de Dios de principio a fin. Los que "aman a Dios" son "los que conforme a su propósito son lla­mados" por el evangelio (2 Tes. 2:14). Es decir, Pablo habla de los que voluntariamente obedecen al evangelio ("Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos" 1 Juan 5:3). Es obvio que Pablo habla de una CLASE DE GENTE, gente que ama a Dios (los que obedecen al evangelio, los cristianos). Los que no aman a Dios no se incluyen en su "propósito" de tener consigo en gloria un pueblo especial.

     B. Los desobedientes, sean quienes fueran, no como individuos sino como una clase de gente, son predestinados al tor­mento eterno, como los obedientes son predestinados para vida eterna. Es decir, podemos afirmar con toda confianza que los obedientes serán salvos y los desobe­dientes serán perdidos.

     C. En ambos casos es predestinación de una clase de gente. Además, es una predestinación condicional. Todo de­pende de la obediencia o de la desobe­diencia del hombre. Dios nunca predes­tinó a los que no aman a Dios para que fueran su pueblo, "hechos conformes a la imagen de su Hijo".

     D. Dios "antes conoció" (aprobó, compárese Mat. 7:23; Gál. 4:9) a esta clase de gente. Dios desea tener un pueblo especial, un pueblo caracterizado por las cualidades de Dios y que fueron demostradas por Jesucristo.

         1. Por lo tanto, desde el principio de su ministerio Jesús describió y ejemplificó estas cualidades. Véase Mat. 5:1-12, "Bienaventurados los pobres en es­píritu...los mansos...los misericordiosos, etc."

        2. También en Hechos y en las cartas los escritores inspirados dan mucho énfa­sis a la necesidad de la santidad y del carácter piadoso.

II. "Hechos Conformes A La Imagen De Su Hijo"

     A. "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo", v. 29. Dios predestinó que los que se transforman espiritualmente en la seme­janza de Cristo fuesen hechos "semejantes a él" en aquél día (1 Juan 3:2; Fil. 3:21).

     B. Pablo ya había explicado cómo se realiza la transformación espiritual en el capítulo 6. Somos bautizados en la seme­janza de su muerte y resucitados en la se­mejanza de su resurrección para andar en vida nueva (no conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, 8:1-14).

     C. En 1 Cor. 15:50-57 Pablo describe la resurrección que es la meta final.

III. ¿Cómo Nos "Llama" Dios?

     A. V. 30, "Y a los que predestinó, a éstos también llamó". ¿Pero cómo? ¿Por profetas, o por sueños, o cómo?

     B. Juan 6:44,45 "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero". ¿Pero cómo nos "trae" el Padre a Jesús? V. 45 explica: "serán todos en­señados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí". Enseñar, oír, aprender, venir. Todos los que se salvan se llaman a través de la predicación del evangelio. No hay excep­ciones. Estúdiese cada caso de conversión en el libro

de los Hechos; todos oyeron el evangelio, creyeron y obedecieron.

     C. 2 Tes. 2:14, "a lo cual (la santifi­cación) os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nues­tro Señor Jesucristo". ¿Cómo nos llama Dios? La Biblia contesta. No por visiones ni sueños, no por profetas modernos, sino por el evangelio.

     D. El pueblo de Dios oye la voz de Cristo.

          1. ¿Cómo es posible que el verdadero pueblo de Dios sea seleccionado por el evangelio? Porque "mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen" (Juan 10:27). Además, Cristo dice a sus após­toles, "El que a vosotros recibe, a mí me recibe" (Mateo 10:40).

         2. El ministerio personal de Jesús fue para los judíos, pero El les dice: "también tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor" (Juan 10:16).

         3. De estos gentiles Dios dijo a Pablo: "No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo...yo tengo mucho pueblo en esta ciudad" (Hechos 18:10). En Co­rinto había gente dispuesta a oír el evan­gelio y obedecerlo. Eran las ovejas que oirían la voz de Cristo.

IV. ¿Cómo Somos Justificados? ("a los que llamó, a éstos también justificó). La palabra "justificar" significa pronunciar justo (que no tiene culpa). Esto se realiza cuando Dios nos perdona los pecados.

     A. Justificados por su gracia, Rom. 3:24; Tito 3:7

     B. Justificados por la sangre de Cristo, Rom. 5:9

     C. Justificados por el evangelio, Rom. 1:16,17; 3:26; 5:1; 6:17,18

     D. Justificados por la fe, Rom. 3:26, 28,30; 5:1

     E. Justificados por las obras, Sant. 2:21,24 (no las obras de la ley de Moisés, Gál. 2:16, sino por las obras enseñadas por Cristo y los apóstoles).

V. "A Los Que Justificó, A Estos También Glorificó" V. 30, el paso culminante

del propósito de Dios, aunque futuro visto como ya realizado.

VI. ¿Por Que Somos Escogidos Y Llama­dos?

     A. El plan y propósito de Dios es que este pueblo especial comparta eternamente su hogar celestial (Juan 14:1-3; 17:24; 1 Juan 3:1-4). Por eso es indispensable que este pueblo ponga dili­gencia en desarrollar las cualidades del carácter divino, las cualidades y caracterís­ticas propias de Dios.

     B. ¿Qué nos ayuda a bien? Cada paso en el desarrollo del plan divino y propósito de Dios: antes nos conoció, nos predestinó para que fuésemos hechos conformes a la imagen de su Hijo, nos llamó por el evangelio, nos justificó y nos glorificó.

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