La Predestinación:  Efesios 1:3-14

Introducción:

     A. Continuamos el estudio de la pre­destinación, observando el plan y propósito de Dios. Su propósito era, en tiempo pasado, un gran misterio, pero ahora se ha revelado y ahora sólo tenemos que leer el Nuevo Testamento para entenderlo (Efes. 3:3,4).

     B. La Biblia sí enseña la "predestinación" como observamos en Hechos 2:22, "a éste, entregado por el de­terminado consejo y anticipado conocimiento de Dios...matasteis". Esto fue el plan de Dios para redimirnos. Desde antes de la fundación del mundo Dios ha tenido su plan o propósito de sal­varnos de los pecados.

     C. Lo muy importante es distinguir entre el plan de Dios como revelado en la Biblia y la teoría falsa de Juan Calvino y otros de que Dios predestinó o predeterminó que algunos hombres en particular (individuos específicos) fueran salvos y otros hombres en particular (individuos específicos) fueran reproba­dos, a pesar de lo que tales individuos quisieran hacer o hicieran.

I. "En Cristo" -- Punto Clave En Este Texto.

     A. Cristo es el Elegido de Dios. La palabra "Cristo" (o en hebreo "Mesías") significa "ungido". Isa 42:1 "He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justi­cia a las naciones". Véanse también Luc. 23:35; 1 Ped. 2:4,6. La expresión "en Cristo" se usa repetidas veces en el Nuevo Testamento y es el punto clave para en­tender la predestinación bíblica: Cristo es el elegido, y nosotros somos elegidos en El.

     B. Cristo fue predestinado a ofrecerse a sí mismo como cordero de Dios (1 Ped. 1:20; Hech. 2:23; 4:28). Cristo y el evan­gelio son la sabiduría de Dios "la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria" (1 Cor. 2:7).

     C. Somos "bautizados en Cristo Jesús" (Rom. 6:3). En El encontramos el cumplimiento del plan y propósito de Dios. Todo lo que Dios ha predetermi­nado predestinado para la humanidad depende de nuestra obediencia a Cristo.

II. "Nos Bendijo Con Toda Bendición Es­piritual En Cristo" V. 3.

A. ¿Qué son estas bendiciones? To­das las provisiones del evangelio expresadas por las palabras "salvación", "perdón", "redención", "reconciliación", "justificación", etc.

     B. Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo) mora en nosotros. Cuando Dios nos perdona también nos da la fuerza espiri­tual para ser espirituales y vencer la carne (Hech. 2:38; Rom. 8:1-14; Gál. 5:14-23). Dios nos dirige a través de su palabra. Tenemos comunión con Dios (participamos o tenemos parte en cosas espirituales y celestiales, Heb. 6:9).

C. Tenemos el privilegio de orar a Dios. Ahora podemos decir "Padre nuestro que estás en los cielos". Tenemos comunión con Dios.

D. Somos miembros del un cuerpo de Cristo (1:22,23; 2:16,17; 4:4), su iglesia gloriosa (5:26,27), y Dios suple todo lo necesario para que llevemos mucho fruto (2 Cor. 9:8-10).

     E. Tenemos la esperanza viva (Heb. 6:18) de la vida eterna (1 Jn. 2:25). Esta esperanza nos llena de gozo y paz.

III. "Según Nos Escogió En El Antes De La Fundación Del Mundo" V. 4.

     A. Al iniciar esta hermosa frase muy larga (v. 3-10) Pablo especifica el lugar (la esfera) dónde encontramos la salvación: en Cristo.

     B. Otra vez la expresión "en El" ex­plica el texto. No es que Dios haya escogido arbitrariamente a ciertos hom­bres para la salvación, sino que Cristo es el elegido, y los que obedecemos a Cristo (para estar "en él") también somos elegi­dos o escogidos  en El.

     C. La invitación de estar "en El" es para todos (Mat. 11:28-30; Apoc. 22:17). Cristo murió por todos (1 Jn. 2.2). Somos elegidos o escogidos por el evangelio. "Serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí" (Jn. 6:45). De esta ma­nera Dios nos "trae" a Cristo (Juan 6:44).

     D. "A lo cual os llamó mediante nues­tro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo" (2 Tesal. 2:14).

      E. Los "escogidos", pues, son cris­tianos, los que han obedecido el evangelio (Mat. 24:22, 24,31; Rom. 8:33; Col. 3:12; 2 Tim. 2:10, etc.).

     F. "Antes de la fundación del mundo" ("antes de los tiempos de los siglos", 2 Tim. 1:9) Dios nos escogió EN CRISTO, es decir, escogió a los que aceptarán a Cristo. Mat. 25:34 "Venid...heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo"; dice Cristo clara­mente en Jn. 3:5, "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios", indicando así que cada persona tiene que

ejercer su propia voluntad en convertirse para entrar en el reino.

     G. Es interesante hacer una lista de las cosas mencionadas por Pablo en conexión con la elección. "Nos escogió" en Cristo (1:4); "para que fuésemos santos y sin mancha delante de él" (1:4) ("para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo" Rom. 8:29); "para ser adoptados hijos" (1:5); "para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad" (2 Tes. 2:13).

IV. "Para Que Fuésemos Santos Y Sin Mancha Delante De El" V. 4; 5:26,27.

     A. Temo que este punto no reciba la atención que merece en nuestra predicación: Pablo no sólo especifica la esfera donde se halla la salvación, sino el carácter de los que se salvan. Dios "nos es­cogió" "en él" "para que fuésemos santos". Es parte integral de la elección divina.

     B. Los que verdaderamente están "en Cristo" son santos y sin mancha. Esto fue predestinado por Dios. Dios predestinó, predeterminó, el carácter de aquellos que El aceptaría como su pueblo. Tenemos que ser santos, porque El es santo (1 Ped. 1:15-16). Dios nunca predeterminó que los mundanos y malvados impenitentes fueran al cielo (Apoc. 21:8,27; 2 Tes. 1:7-9).

C. Por lo tanto, dice Pablo (Efes. 4:23) "renovaos en el espíritu de vuestra mente" (véanse también Rom. 12:2; Col. 3:10), para ser transformados en la ima­gen de Cristo (2 Cor. 3:18).

D. Recuérdese que "a los que antes conoció también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo" (Rom. 8:29). Frecuentemente se citan Mar. 16:16 y Hechos 2:38,  y con buena razón, porque explican el plan de salvación. Con el mismo énfasis debemos citar frecuentemente Efes. 1:4,5; Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18; 2 Tes. 2:13, porque no nos salvará el bautismo si no somos trans­formados en la imagen de Cristo.

V. "En Amor Habiéndonos Predestinado Para Ser Adoptados Hijos Suyos" V. 5.

     A. No somos hijos de Dios, como los judíos, por la generación, sino por la regeneración por medio del evangelio. Es decir, nacemos otra vez (Jn. 3:5; 1 Cor. 4:15; 1 Ped. 1:23-25).

     B. Luego Dios nos "adopta" para ser sus hijos para que seamos herederos con todos los derechos y privilegios de un hijo. Nos da su nombre ("hijos de Dios").

     C. De esto Pablo habla también en Gál. 3:26-4:7.

     D. En todo esto obsérvese con cuidado que no hay ninguna referencia a predestinar arbitrariamente a nadie; todos los textos que hablan de la predestinación hablan del hermoso plan de Dios de rescatar de pecado a los de buen corazón (Luc. 8:15) y transformarlos en la imagen de su Hijo, para que éstos sean su pueblo para siempre y que estén con El en gloria. El evangelio es su poder (Rom. 1:16) para hacerlo.

     E. En el v. 5 Pablo repite que esto se realiza "por medio de Jesucristo". Pero si Dios nos hubiera predestinado arbitra­riamente para vida o para muerte ¿por qué fue necesaria la muerte de Cristo?

VI. "Dándonos A Conocer El Misterio De Su Voluntad" V. 9

     A. "Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer" 3:5

     B. Pero "ahora es revelado a sus san­tos apóstoles y profetas por el Espíritu" 3:5.

     C. Estos textos explican claramente el "misterio" de este escogimiento hecho antes de la fundación del mundo: Pablo habla simplemente de la salvación que se ofrece a todos (tanto a gentiles como a judíos) para que estemos "en Cristo" y gozar de toda bendición espiritual. (Desde luego, si estamos en Cristo, estamos en su cuerpo, su iglesia.)

VII. "En El Asimismo Tuvimos Herencia, Habiendo Sido Predestinados Conforme Al

Propósito Del Que Hace Todas Las Cosas Según El Designio De Su Voluntad" V.11.

     A. Pablo habla mucho de esta her­mosa herencia en esta carta (1:14,18; 5:5), en Colosenses (1:12; 3:24); y en Romanos (8:17)

     B. Algunas versiones dicen "fuimos escogidos como porción de Dios" (véanse La Versión Hispano-Americana; la Ver­sión American Standard; y en el margen de La Biblia de las Américas).

    1. Según esta traducción los cristianos somos la herencia de Dios. Este pen­samiento se expresa varias veces en el An­tiguo Testamento (Deut. 4:20; 9:29, "el pueblo de su heredad"; y 32:9 "la porción de Jehová es su pueblo").

        2. Este pensamiento concuerda per­fectamente con lo que Pablo dice acerca de un pueblo escogido, adoptado, etc.

     C. ¿Cómo se usa la palabra "predestinados" en el v. 11? Dios nos ha predestinado "a fin de que seamos para alabanza de su gloria" v. 12. El propósito (objeto, diseño) de Dios siempre ha sido tener un pueblo especial que voluntaria­mente -- con motivos de amor y gratitud -- le sirviera y le glorificara, ahora y para siempre.

           1. La sabiduría de Dios se da a cono­cer "por medio de la iglesia, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús" 3:10,11.

      2."A él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús" 3:21.

Conclusión:

     A. El pensamiento principal en Efes. 1:3-14 es que estamos "en Cristo" el elegido de Dios. En El recibimos "toda bendición espiritual". Dios "nos escogió en él antes de la fundación del mundo". Nos escogió para que "fuésemos santos y sin mancha" (véase 5:26,27). En El tuvimos herencia, o Dios tiene una herencia (las dos cosas son ciertas, son verdades bíbli­cas).

     B. El propósito de Dios: tener un pueblo "para la alabanza de su gloria".

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