Televisión: Para deseos malos
La televisión provee mucha información y diversión útiles, pero lamentablemente, según el análisis de los programas en TV Now y otros reportes, la televisión ha llegado a ser un maestro poderoso de maldad. No se niega que todavía se presentan programas sanos pero el gran porcentaje de lo que se presenta en televisión no solamente no es sano, sino que promueve toda clase de libertinaje y corrupción.
La Biblia dice, "Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Romanos 13:14). La palabra carne abarca todas las cosas opuestas a la salvación del alma. Otro texto explica cuáles son las obras de la carne: "inmoralidad sexual, inmundicia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas" (Gálatas 5:19-21), y como todos saben, estos son precisamente los temas más populares de la televisión y los que son "divertidos" hora tras hora por la televisión hacen exactamente lo que el apóstol Pablo prohíbe: provee para los deseos carnales.
Las películas más populares son los que celebran la violencia (entre más sangre mejor) y toda forma de inmoralidad sexual incluyendo el incesto y la homosexualidad. Hora tras hora, noche tras noche, las películas glorifican toda clase de maldad y enseñan muchas mentes impresionantes lo "glorioso" de beber alcohol, usar drogas, asaltar mujeres, cómo conseguir armas y cometer crímenes de toda clase (incluyendo cómo matar a los mismos padres), y en medio de todo esto se usa lenguaje lo más vil, lo más sucio y corrupto posible. La televisión enseña. Es un maestro dinámico. Muchísimos crímenes que se cometen diariamente son enseñados por la televisión.
La televisión no solamente celebra y glorifica toda clase de conducta corrupta, sino también ataca y hace burla de lo bueno y decente. Los religiosos se representan como personas ignorantes, hipócritas o personas que no son dignas de respeto sino de simpatía; el matrimonio es despreciado y el divorcio es muy aceptable y aun el adulterio y la homosexualidad se presentan como conducta completamente normal y aceptable; el aborto no es simplemente un remedio sino el más recomendable y los que se oponen al aborto son de los más fanáticos; el hogar no es dirigido por el hombre como cabeza (Efesios 5:22-24) sino por la mujer y muchas veces por los hijos.
Entonces, conviene escuchar el consejo divino: no proveer para los apetitos carnales; no satisfacerlos (Gálatas 5:16); renunciarlos (Tito 2:12); crucificarlos (Gálatas 5:24). Es tiempo de que los padres tengan más control de la televisión para su propio bien y sobre todo para el bien de sus hijos.
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