El Chismear
Introducción.
A. En su carta breve Santiago tiene mucho que decir sobre la lengua.
I. Lo que la Biblia dice acerca del chismear y murmurar.
Lev. 19:16, “No andarás chismeando entre tu pueblo”.
Prov. 6:16, “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, 18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, 19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos”.
Prov. 11:2, “El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo”.
Prov. 12:18, “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina”.
Prov. 16:28, “El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos”.
Prov. 18:8, “Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas”.
Prov. 20:19, “El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua”.
Prov. 26:20, “Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda. 21 El carbón para brasas, y la leña para el fuego; Y el hombre rencilloso para encender contienda. 22 Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas”.
Rom. 1:29, “estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres”.
2 Cor. 12:20, “Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes”.
1 Ped. 4:15, “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno”.
II ¿Cuál es el propósito del chismear, murmurar, etc.?
A. Es para lastimar, herir, dañar.
B. Hace daño al nombre (reputación) de la persona afectada. Prov. 22:1, “De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro”. Si alguien nos roba el dinero, poco daño hace, pero si nos roba la buena reputación, hace algo que no le aprovecha a él, pero nos deja bien pobres.
C. A veces hace daño irreparable. Si alguno roba cierta cosa, posiblemente la pueda devolver (aunque no siempre), pero al arruinar la reputación de otra persona, es muy posible que sea irreparable, porque el chismear se puede comparar con vaciar las plumas de una almohada desde el techo cuando hay viento recio. Sería totalmente imposible recogerlas. Por eso Pablo dice, 1 Tim. 5:19, “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos”.
D. El propósito principal de esta clase de conversación es para la diversión. Parece que da gusto decir cosas carnales y dañinas contra otros. ¿No podemos conversar de pensamientos sanos? ¿Tenemos que conversar acerca de gente y divertirnos diciendo cosas destructivas acerca de ellos? ¿Por qué es más divertido contar chismes que conversar de temas importantes? Parece que si no hay chismes y conversación destructiva, algunos pronto se aburren.
E. Si alguno critica a otros, parece que esto le hace sentirse más importante. ¿Tenemos que bajar a otros para elevarnos a nosotros?
F. También es un medio de vengarse. Pero ¿qué dice Mat. 18:15-17? ¿Qué dice Rom. 12:17-21?
III. ¿Cómo empieza el chismoso la conversación?
A. “¿Supo que …?” (con la idea de que “espero que no porque yo quiero ser el primero en contárselo).
B. “Dicen que …” ¿Quiénes lo dicen? “Mejor no decirle”. El que repita chismes quiere que otros sean responsables por lo que “se dice” o lo que “se oye decir”. Alguien dirá, “Bueno, te quiero contar esto y puedes sacar tus propias conclusiones”. Otra vez quiere que otros sean responsables. Es que la persona quiere repetir el chisme pero no quiere ser responsable de nada.
C. “Yo sé que no es asunto mío y que no debo meterme, pero …” y luego se mete.
D. “Esto es muy confidencial”. ¡Qué sabroso es oír secretos! Si alguien quiere que algo se repita y se desparrame por todo lado, sólo tiene que decir que “esto es muy confidencial”.
IV. ¿Cómo debemos reaccionar a los que repiten chismes?
A. Prov. 25:23, “El viento del norte ahuyenta la lluvia, Y el rostro airado la lengua detractora”.
B. Prov. 20:19, “El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua”.
C. Nos conviene decir al chismoso, “Hágame el favor de escribir lo que acaba de decirme, firmando su nombre. ¿Está seguro que es cierto o que nada más está repitiendo rumores?”
V. Nos conviene ser diligentes en obedecer los siguientes textos:
A. Mat. 18:15-17, “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”.
B. Lucas 17:3, “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale”.
C. Rom. 15:14, “Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”.
D. Santiago 5:16, “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”.
Conclusión:
A. Salmo 15:1, “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? 2 El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. 3 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino”.
B. Sant. 3:2, “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”.
C. Mat. 12:34-37; Efes. 4:29; Col. 4:6. Recordemos todos los usos productivos y edificativos de la lengua. Con ella podemos predicar, enseñar, animar, exhortar, cantar, orar. Col. 3:17, “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.
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