Hechos 18

18:1 -- Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. -- "Era ahora la capital de la provincia de Acaya y la principal ciudad comercial de Grecia, con una población cosmopolita ... El templo de Afrodita en el Acrocorinto tenía mil prostitutas consagradas, y el mismo término corintizar significaba entregarse a la inmoralidad" (ATR). La ciudad estaba llena de pecado y lamentablemente la iglesia reflejaba algunas de sus ideas y prácticas. Pablo les llamó "santos" (1 Cor. 1:2) porque habían obedecido al evangelio para ser un pueblo separado, pero tenían que aprender mucho y hacer muchas correcciones.

          Léase 1 Cor. 1:18-23 para ver algo de la oposición al evangelio en Corinto: para los griegos el evangelio era locura porque contradecía casi todo lo que creían acerca del mundo, la religión y el propósito de la vida; y para los judíos el evangelio era tropezadero porque esperaban un Mesías (Cristo) muy poderoso en el sentido militar y político. No querían aceptar que El iba a humillarse y sufrir, mucho menos en una cruz romana.

 

18:2 -- Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos. -- Por la providencia de Dios Pablo conocía a esta pareja fiel que se asociaría con Pablo durante el resto de su vida: v. 18, salieron con Pablo; Rom. 16:3-5, "Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí ... Saludad también a la iglesia de su casa"; 1 Cor. 16:19, "Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor"; 2 Tim. 4:19, "Saluda a Prisca y a Aquila".

 

18:3 -- y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. -- Los rabinos enseñaban que todo joven debía aprender algún oficio, y que el padre que no le enseñaba a su hijo un oficio le enseñaba a robar. El trabajo manual era glorificado por los judíos. Los rabinos mismos tenían su oficio o profesión; no había eruditos aislados del trabajo. Jesús era carpintero, algunos apóstoles eran pescadores y Pablo era fabricante de tiendas.

          Durante todo su ministerio Pablo trabajaba en su oficio de hacer tiendas portátiles para sustentarse a sí mismo y a los que estaban con él: Hech. 20:34; 1 Tes. 2:9; 2 Tes. 3:8. Aunque él entendía la urgencia de predicar el evangelio, trabajaba diariamente en su oficio como si no tuviera otra ocupación. Pablo enseña que los que predican el evangelio deben vivir del evangelio (1 Cor. 9:14), pero él no lo hizo en Efeso y en otros lugares (Hech. 20:34; 1 Cor. 4:12; 2 Cor. 9:8, 9; 1 Tes. 3:8). Explica su razón en 2 Cor. 11:12. Así pues vemos que el Nuevo Testamento enseña claramente que los que predican el evangelio pueden trabajar con sus manos para sustentarse; era práctica completamente aceptable en el primer siglo y todavía es una práctica completamente aceptable en el siglo presente. Además, este plan tiene grandes ventajas y evita grandes problemas y abusos.

          Casi todos los evangelistas que predicaron en Estados Unidos durante el siglo pasado y durante la primera mitad del siglo presente eran sembradores, maestros, mecánicos, carpinteros, etc.

 

18:4 -- Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. -- Al llegar el sábado Pablo hizo a un lado su trabajo secular para entrar con energía en su trabajo espiritual de discutir con los judíos.

          El hecho de que Pablo frecuentemente entraba en la sinagoga el séptimo día no significa que los cristianos guardaban el sábado, sino que Pablo aprovechaba esta asamblea de los judíos para enseñarles. El ya había predicado que la ley de Moisés no les podía justificar (13:38, 39).

          Pablo "discutía" en las sinagogas (17:2,17; 18:4,19; 19:8,9). Cuando él les explicaba que "era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio ... es el Cristo" (17:3), muchos judíos le contradecían, porque tenían otro concepto del Mesías (que no iba a sufrir, sino que sería glorificado como rey terrenal). Por eso era necesario que Pablo discutiera con ellos.

          Los "griegos" eran los "temerosos de Dios" (gentiles como Cornelio que habían abandonado la idolatría, asistían a la sinagoga, creían en Dios, oraban a Dios, etc.)

 

18:5 -- Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra (estaba constreñido por la Palabra, VHA). -- Esta es la última referencia a Silas en Hechos. Timoteo había llegado a Atenas (17:15), pero Pablo estaba muy preocupado por los hermanos de Tesalónica y, por eso, envió a Timoteo a seguir enseñándoles (1 Tes. 3:1, 2). Cuando Timoteo llegó a Corinto, Pablo estaba muy animado por las buenas noticias que Timoteo trajo y pronto escribió la primera carta a los tesalonicenses (1 Tes. 3:6).

          Debido a variaciones en los manuscritos hay cierta confusión con respecto a la expresión "estaba entregado por entero a la predicación de la palabra". Dice LBLA, "se dedicaba por completo a la predicación de la palabra" (las letras cursivas indican que la expresión, "predicación de la", no está en el griego). Dice la Versión Hispano-americana, "estaba constreñido por la Palabra"; con esta versión concuerda la Versión American Standard (esta versión inglesa está muy apegada al texto original, y es la versión que este servidor siempre ha usado). Pablo fue constreñido por la Palabra; es decir, le apremiaba, le obligaba (1 Cor. 9:16, "Ay de mi si no predico el evangelio"). Cuando Jeremías se desanimó y dijo, "ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiendo metido en mis huesos" (Jer. 20:9).

          Es muy posible que la llegada de Silas y Timoteo y el mensaje alentador que trajeron de la fidelidad de los hermanos de Tesalónica "actuaron como tónico sobre el espíritu cansado y probado del siervo del Señor, quien cobró ánimos para un testimonio más vigoroso en la sinagoga, juntamente con sus compañeros de milicia, dando por resultado el conflicto de siempre" (Trenchard). Léase 1 Cor. 2:3, "Estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor" y luego léase 1 Tes. 3:6,7 (las dos cartas a Tesalónica fueron escritas en Corinto), "Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe". "Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito" (2 Cor. 7:6). "Los hermanos salieron a recibirnos ... y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimo" (Hech. 28:15).

          Sea lo que fuera la interpretación correcta de este versículo (Hech. 18:5), el compañerismo de hermanos fieles sí anima mucho. En primer lugar, Aquila y Priscila eran de mucha ayuda para Pablo, y luego la llegada de Silas y Timoteo le animó mucho. Desde luego, la presencia de hermanos infieles nos deja tristes y deprimidos, pero es imposible exagerar la importancia de la presencia y colaboración de hermanos fieles. Léanse los muchos textos que hablan de varios aspectos del compañerismo, mayormente en los escritos de Pablo.

          Cualquiera de las dos traducciones son aceptables, porque seguramente Pablo "estaba constreñido por la Palabra", y también es posible que "estaba entregado por entero a la predicación" sin tener que hacer tiendas por un tiempo. En cuanto a tener dinero para hacerlo, es posible que hubiera ganado y ahorrado lo suficiente para dedicar por un período todo su tiempo a la predicación (y, desde luego, tenía la ayuda y el apoyo de Aquila y Priscila).

          Se da atención aquí a este punto debido al uso incorrecto de este texto por los que promueven la llamada "iglesia patrocinadora". Estos concluyen que la ayuda para Pablo mencionada en Fil. 4:15,16 le llegó en Corinto, que ésta es la ayuda mencionada en 2 Cor. 11:8,9, y que la iglesia de Filipos era una iglesia "patrocinadora" (centralizadora) para recibir dinero de las iglesias de Macedonia que fue destinado para ayudar a Pablo.

          En este argumento hay una serie de suposiciones. Pablo no dice que la iglesia de Filipos le envió ayuda cuando estaba en Corinto, sino que "a Tesalónica me enviasteis una y otra vez" (Fil. 4:16); por eso, el resto del argumento no tiene mérito alguno y, aparte de esto, la enseñanza clara acerca de la autonomía de cada iglesia (Hech. 14:23; 20:28; 1 Ped. 5:2,3) excluye cualquier concepto de centralización de fondos en una sola iglesia.

          Cuando Pablo estaba en Corinto sí recibió ayuda de hermanos de Macedonia (2 Cor. 11:8,9), pero no sabemos qué hermanos se la llevaron ni cuándo lo hicieron. Según 1 Tes. 3:6,7, "cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros ... fuimos consolados"; es decir, de este texto sabemos que Timoteo trajo buenas noticias de los hermanos de Tesalónica, pero no dice que trajo dinero de Filipos.

          -- testificando (solemnemente, LBLA) a los judíos que Jesús era el Cristo. -- Así testificaba en todas partes (9:22, en Damasco; 17:3, en Tesalónica). De la misma manera testificaron los otros apóstoles el día de Pentecostés (2:40).

 

18:6 -- Pero oponiéndose y blasfemando éstos. -- Entre más éxito tenga el evangelio, más oposición habrá de sus enemigos. Pablo todavía estaba en Corinto cuando escribió la segunda carta a los tesalonicenses; dijo, "Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe" (3:1,2). Los judíos no solamente se oponían a Pablo y al evangelio, sino también usaban palabras de blasfemia (compárese 1 Cor. 12:3). El lenguaje de Lucas indica oposición muy fuerte, "disponer en orden de batalla (tasso) frente a frente o contra (anti)" (ATR). La oposición de los judíos demuestra lo militante de la predicación de Pablo, porque el diablo no se levanta contra la predicación débil.

          -- les dijo, sacudiéndose los vestidos: 13:51; Neh. 5:13; Mat. 10:14; Luc. 10:11, "Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros". Entre los judíos no había palabras más fuertes que este acto para protestar contra la conducta de otro. Dios no quiere que seamos indiferentes hacia los que rechazan su Palabra, sino que les manifestemos que su rebelión contra Dios causa profunda agitación en nuestro espíritu.

          -- Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza. -- "El que no creyere será condenado" (Mar. 16:16) pero ¿de quién será la culpa? Pablo había hecho todo lo posible por enseñarles y convencerles de la verdad, pero la rechazaban; por eso, ante Dios Pablo no era responsable por su condenación espiritual;  les dice en efecto, "ustedes y solamente ustedes darán razón a Dios por su condenación". Esto no es una amenaza, sino simplemente una advertencia solemne, que tuvo el propósito de detenerlos y hacerles reflexionar. ¡Cometían suicidio espiritual!

          -- yo, limpio. -- Compárense 13:45; Ezeq. 3:17-21; 33:4,8. El siervo de Dios tiene la responsabilidad de predicar la Palabra a los hombres, pero habiéndolo hecho, ya no es responsable por el rechazo del mensaje, ni tampoco es responsable por la condenación de los que lo rechazan.

          -- desde ahora me iré a los gentiles. -- Sin embargo, él seguiría predicando a los judíos de otros lugares (19:1-10; 28:23-28).

 

18:7 -- Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga. -- La expresión "temeroso de Dios" indica que era un griego que adoraba a Dios. Dejó de predicar en la sinagoga y comenzó a predicar en la casa de Justo, pero no indica que dejó de vivir con Aquila y Priscila. Este cambio era ventajoso porque los gentiles se sentirían más cómodos en la casa de un griego que en la sinagoga. En Roma "Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían" (28:30); en Efeso "se apartó Pablo de ellos (de la sinagoga) y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús" (19:9,10); aquí en Corinto se apartó de la sinagoga y predicó en la casa de Justo.

          Aquí se puede ver otra vez el conflicto ineludible entre la verdad y el error, y también que la verdad nos separa del error y el pecado. Lo que Pablo dice a los corintios (2 Cor. 6:14-17) se aplicaba con igual fuerza a lo imposible de tener comunión con los judíos incrédulos, y se aplica ahora a lo imposible de tener comunión con el error.

 

18:8 -- Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa. -- Como el evangelio triunfaba sobre la idolatría y los vicios de los corintios (1 Cor. 6:9-11), así también la conversión de Crispo fue una gran victoria para el evangelio sobre el judaísmo. Fue un golpe fuerte contra los judíos de esa sinagoga, porque el principal no solamente presidía la asamblea, sino que también interpretaba la ley, decidía entre cosas lícitas e ilícitas, castigaba y excomulgaba a los rebeldes, etc. "Muy rara vez los de puesto alto en una sinagoga obedecían al evangelio; y así es gran crédito para Crispo que lo hiciera, y esto cuando la oposición y blasfemia de los demás judíos había llegado a su apogeo. Debe de haber sido hombre independiente y sincero, exactamente de la clase que forma el núcleo de una congregación de discípulos. Su conversión y la de los otros corintios aquí mencionada no se describen con el detalle de la del eunuco, la de Saulo ni la de Cornelio; pero bastante se dice para mostrar que el proceso fue el mismo. 'Oyendo, creían y eran bautizados'" (McGarvey).

          Crispo, Gayo (otro hospedador de Pablo, Rom. 16:23) y la casa de Estéfanas, "las primicias de Acaya" (1 Cor. 16:15) fueron bautizados por Pablo (1 Cor. 1:14,16) y tal vez ni siquiera a éstos habría bautizado si se hubiera dado cuenta de la carnalidad de los corintios (1 Cor. 10:10-17). Era necesario que ellos se bautizaran, pero no era necesario que Pablo lo hiciera con sus propias manos.

          Dice 1 Cor. 1:17, "Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio". Algunos tuercen este texto, afirmando que Pablo enseña que el bautismo no es parte del evangelio, pero Pablo no dijo eso, sino que no era necesario que él bautizara con sus propias manos (Jn. 4:1,2). Pablo se refiere al verbo "bautizar", pero algunos lo convierten en el sustantivo "bautismo".

          El contexto hace claro el significado de este versículo: debido a la carnalidad de los corintios (la tendencia de exaltar y de seguir a los hombres), Pablo dijo, "Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre" (v. 14).

          -- y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. -- El tiempo de los verbos indica que esto ocurría durante un tiempo indefinido. Obsérvese lo sencillo del plan de salvación en este texto (Hech. 18:8): "muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados". Desde luego, aparte de oír, creer y bautizarse, también se arrepentían y confesaban su fe en Cristo. Pablo explica en 1 Cor. 6:9-11 el carácter anterior de algunos de los hermanos de Corinto. La conversión de ellos demuestra el poder del evangelio (Rom. 1:16).

          Del número de conversos de Corinto Pablo dice, "Pues, mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles" (1 Cor. 1:26) -- es decir, no muchos de los filósofos, etc. aceptaron -- pero para estos conversos el evangelio no era locura ni tropezadero, sino el poder de Dios (1 Cor. 1:23).

 

18:9 -- Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche (compárese la visión de 16:9): No temas, (literalmente, deja de temer). Sino habla, y no calles. -- Tomando en cuenta su experiencia en las otras ciudades posiblemente Pablo estaba pensando que el tiempo había llegado para despedirse de estos hermanos para buscar campos nuevos, pero el Señor tenía otros planes. No solamente no debería salir, tampoco debería callar el mensaje para evitar tantos problemas.

          Lucas no dice nada aquí acerca del temor de Pablo cuando estaba en Corinto, pero léase lo que Pablo mismo dijo en 1 Cor. 2:3 y 2 Cor. 7:5. El conocía perfectamente el odio y celo de los judíos porque había sido su víctima en Damasco, Jerusalén, Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, Derbe, Tesalónica, y Berea. Pidió que los tesalonicenses oraran por él "para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe" (2 Tes. 3:1,2). Recuérdese el ejemplo de Elías (1 Reyes 19:4) y el de Jeremías (Jer. 15:15). Pablo era un hombre muy fuerte pero era simplemente un ser humano y él mismo habló de su debilidad (1 Cor. 2:3). Por eso, esta visita del Señor era muy necesaria.

 

18:10 -- porque yo estoy contigo. -- El v. 5 demuestra que el compañerismo de Silas y Timoteo animó grandemente a Pablo; cuánto más el compañerismo del Señor mismo, Mat. 28:20. El Señor habló a Pablo varias veces: 9:4; 22:17; 16:9; 23:11; 27:23. Con razón Pablo dijo, "Yo sé a quién he creído" (2 Tim. 1:12). Es importante comentar que también Cristo había estado con Pablo en sus experiencias más difíciles en los días pasados, en Antioquía de Pisidia, en Filipos, en Tesalónica, etc.

          Pablo urgentemente necesitaba esa visión y el consuelo que le ofreció. Dios no quitó a los tres jóvenes hebreos del horno de fuego ardiendo, sino que les mandó un compañero: "He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses" (Dan. 3:25). Dios no quitó a Daniel del foso de los leones, sino que envió a su ángel para cerrar la boca de las bestias. También le dijo a Eliseo (2 Reyes 6:16, 17), "No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos". Asimismo, Jesús sabía que podía pedir doce legiones de ángeles para ayudarle.

          -- y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal. -- Esto fue precisamente lo que los judíos pensaban hacer, pero éstos no harían en Corinto lo que habían hecho en otras ciudades.          Jesús dijo a los apóstoles, "Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis" (Mat. 10:30,31), pero al mismo tiempo les habló de muchas persecuciones (Mat. 10:16-28). El pensamiento clave era que Jesús les ofrecía ayuda y protección, pero la ayuda principal era para llevar a cabo la obra del Señor. Lo mismo sucedió en el caso de Pablo: seguramente el Señor estaba con él, pero la ayuda principal era para llevar a cabo la obra del Señor. Esto se ve en varios textos: 1 Cor. 4:9-13; 2 Cor. 11:23-28; Fil. 3:10; Col. 1:24, 25; como también aquí mismo en Hechos 9:16; 20:23; 21:13.

          -- porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. -- Dios no tenía "mucho pueblo" en Corinto en el sentido de la predestinación calvinista (1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:9; Apoc. 22:17) -- nadie se excluye de la salvación por un decreto de Dios -- sino en el sentido de 15:14-18, "Simón ha contado como Dios visitó por primera vez a los gentiles (Cornelio y su casa) para tomar de ellos pueblo para su nombre", y en el sentido de Juan 10:16, "También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor". El punto clave es que algunos corintios "oirán mi voz", como Cornelio y el carcelero de Filipos oyeron su voz.

          Cuando Elías estaba desanimado y se sentía muy solo, Dios le dijo que había siete mil en Israel que no se habían hincando ante los baales (1 Reyes 19:18). Dios conoce los corazones de todos y sabía que en Corinto había gente dispuesta a oír el evangelio y a aceptarlo. Este texto simplemente dice que en Corinto había mucha tierra buena (Luc. 8:15). Dios conoce el corazón de todos y, por eso, sabe exactamente quiénes aceptarán el evangelio. Pensamos ¡qué bueno si El nos dijera para que fuéramos directamente a ellos y no perder tanto tiempo con otros! pero el plan de Dios es que todos tengan la oportunidad de oír.

          En ese momento algunos de estos servían a dioses ajenos y eran esclavos de los vicios más viles, pero eran joyas para el Señor al ser "lavados ... santificados ... justificados" (1 Cor. 6:11). Estos mismos corintios fueron desposados "con un solo esposo" (2 Cor. 11:2).

 

18:11 -- Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios. -- Así es que Pablo no salió de Corinto cuando los judíos levantaron su oposición contra él. ¿Cuánto tiempo estuvo en Filipos? ¿en Tesalónica? ¿en Berea? El no podía quedarse "un año y seis meses" en estas ciudades. Seguramente se hubiera quedado más tiempo en cada una de ellas, pero no le fue posible, pero aquí en Corinto -- gracias a Dios -- podía continuar por un año y medio. Si pudiera haberse quedado más tiempo, por ejemplo, en Tesalónica, no habría tenido tanta ansiedad por los hermanos nuevos.        El trabajo de Pablo llevó fruto no solamente en Corinto sino "en toda Acaya" (2 Cor. 1:1).

 

18:12 -- Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal. -- Desde luego, los judíos estaban dispuestos a matar a Pablo, pero los que vivían en las provincias romanas no tenían el poder legal de ejecutar, por eso acudían a las autoridades romanas.

          Los judíos estaban "unánimes" en su oposición contra Esteban (7:57 "a una contra él") y ahora contra Pablo. Ya no lo aguantaban más. No soportaban la sana doctrina (2 Tim. 4:3). Estaban "unánimes" en su oposición contra Pablo, como los discípulos estaban "unánimes" en su servicio a Dios (1:14; 2:46; 4:24; 5:12; 15:25).

          "Le llevaron al tribunal"; parece que los judíos no podían levantar oposición contra Pablo entre el pueblo como lo habían hecho en Filipos y Tesalónica; por eso, "le llevaron al tribunal", esperando ayuda del procónsul. (Para ver otros ejemplos de comparecer ante el tribunal véanse Mat. 27:19; Jn. 19:13; Hech. 26:6,10,17.) En "Aquel Día" estos mismos judíos comparecerán ante el tribunal de Cristo (Rom. 14:10; 2 Cor. 5:10).

 

18:13 -- diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. -- Los de Filipos acusaron a Pablo y Silas de enseñar "costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos"; los judíos de Tesalónica dijeron que "contravienen los decretos de César" (17:7); aquí en Corinto la acusación de los judíos contra Pablo era insidiosa, un artificio del diablo, porque querían que los romanos lo castigaran por violar la ley, acusación que tenía un sentido doble: la religión judaica era lícita, pero aunque Pablo era un judío y enseñaba la verdad según la ley de Moisés, los profetas y los salmos, le acusaban de persuadir "a los hombres a honrar a Dios contra la ley". ¡Era una acusación falsa! Además, si Pablo, siendo judío, no enseñaba de acuerdo con la religión de los judíos (una religión lícita), entonces estaba violando la ley romana también al inventar otra religión.

          Es importante recordar, pues, que en las sinagogas de los judíos Pablo enseñaba la pura verdad. La enseñanza de él era diferente simplemente porque él les explicaba que el Cristo había venido para cumplir toda la verdad acerca de la ley de Moisés, los profetas y los salmos (Mat. 5:17; Luc. 24:44). La acusación de los judíos tuvo que ver con la supuesta violación de la ley de Moisés (compárese 24:5,6) y, por eso, sería también violación de la ley romana, pero tal acusación era falsa.

          Sin embargo, este asunto no le interesaba al procónsul en lo más mínimo, porque él bien sabía que Pablo no estaba violando ninguna ley romana y no tenía interés en la ley de los judíos.

 

18:14, 15 -- Y al comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. -- La conducta de los judíos en esta ocasión ayuda a explicar la razón por la cual tuvieron que salir de Roma (v. 2). Eran muy molestos.      Al decir esto Galión juzgó que Pablo no era culpable de ningún "agravio" o "crimen enorme" y, por eso, Pablo no tuvo que defenderse en esta ocasión. Debido a su prejuicio los judíos tenían gran deseo de condenar a Pablo, pero  en vano esperaban ayuda de este romano. Según la decisión de Galión, Pablo podía seguir predicando sin estorbo. En Filipos Pablo exigió el trato justo (16:37) y de esta manera ganó más respeto y honor para él y el evangelio, y aquí en Corinto el peligro más grande (la amenaza de los judíos) se convirtió en vindicación para Pablo (resultó en plena libertad) y para el evangelio. Se cumplió al pie de la letra la promesa del Señor: "yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal" (v. 10).

          La religión de los judíos era lícita y es probable que Galión pensara que el cristianismo era alguna forma del judaísmo. Desde luego, la iglesia de Cristo no era y no es simplemente otra secta de los judíos, pero Pablo llama la iglesia el "Israel de Dios" (Gál. 6:16); afirmó que los cristianos son los verdaderos judíos (Rom. 2:28,29); y afirmó que en verdad los descendientes verdaderos de Abraham son aquellos que se han bautizado en Cristo (Gál. 3:26-28).

 

18:16 -- Y los echó del tribunal. -- Galión no se intimidó por la conducta de los judíos. Recuérdese la timidez de Pilato (Mat. 27:24). Estos dos casos son muy semejantes. En ambos los judíos insistían en que los romanos condenaran a un hombre inocente. Si Pilato hubiera tenido el valor de Galión, no habría entregado a Jesús para que fuera crucificado. Así pues, este procónsul (Galión) no estaba dispuesto a aprender la verdad como lo estaba el procónsul de Chipre (13:7,12) pero, por lo menos, no cooperó con los judíos para correr a Pablo.

 

18:17 -- Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello (no hacía caso de nada de esto, LBLA). -- Lucas no dice qué "griegos", pero el tribunal no estaba dentro de algún edificio, sino al aire libre y el público podía asistir y observar todo. Obviamente cuando Galión terminó el caso (no queriéndolo juzgar), entonces el pueblo decidió que él que quiso castigar a otro, debía ser castigado (no se requería buscar los motivos para golpear a los judíos). El zapato estaba en el otro pie: los perseguidores fueron perseguidos. Después de esta experiencia Sóstenes y otros judíos ya comprendían mejor lo que Pablo había sufrido en casi toda ciudad. (No se puede probar que este Sóstenes es el que es mencionado en 1 Cor. 1:1; era nombre común).

          Aparentemente esta experiencia delante del tribunal de Galión convenció a los judíos de que no deberían molestar a los cristianos, porque en las dos cartas a los corintios, Pablo no habla de persecuciones en esa ciudad.

 

18:18 -- Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos. -- Durante un año y medio sin duda se habían formado lazos muy estrechos entre él y los corintios. Por eso, aunque Lucas no describe esta despedida, posiblemente era semejante a su despedida de los hermanos efesios descrita en 20:18-38; "Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban". Como diría a los efesios, así también podría decir a los corintios: "Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido" (20:33,34).

          -- y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. --  Los gerundios anteriores (habiéndose detenido, habiéndose despedido) se refieren a Pablo -- como también el verbo singular del v. 19 ("dejó ... discutía") -- y, por eso, es probable que este último (habiéndose rapado) se refiera a él. En lugar de "habiéndose rapado la cabeza" LBLA dice, "se hizo cortar el cabello". En 1 Cor. 11:6 la Versión Valera (1960) traduce esta palabra "cortarse el cabello" (en contraste con "raparse").

          Lucas no explica el voto hecho por Pablo, pero entre los judíos la práctica de hacer votos era común. Textos que hablan de votos son Lev. 27:2; 1 Sam. 1:11; 2 Sam. 15:7; Ecles. 5:4,5, etc.

          No se puede probar -- como muchos afirman -- que el voto de Pablo era voto de nazareato, porque hubiera tenido que llegar a Jerusalén para terminarlo (Núm. 6:13, "Vendrá a la puerta del tabernáculo de reunión ..."). Desde luego, Pablo no hubiera hecho ofrenda por el pecado porque Cristo es el único sacrificio verdadero que puede expiar los pecados, pero no era pecado que los cristianos judíos practicaran la circuncisión o cumplir con otros actos ceremoniales. Pablo estaba continuamente en gran peligro y en medio de dificultades, y hubiera sido completamente normal que en alguna ocasión hiciera un voto a Dios al pedir su ayuda.

 

18:19 -- Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos. -- Vemos en 16:6 que el Señor no dejó que Pablo fuera a Efeso, pero ahora sí llega y predica en la sinagoga. Después predica tres años allí (20:31). Timoteo también predicó en Efeso (1 Tim. 1:3). Aquí otra vez Lucas dice "discutía" (argüía, argumentaba, 17:2,17;18:4; 19:8,9).

 

18:20 -- los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió. -- También en las otras ciudades habían permitido que Pablo discutiera con ellos por un tiempo, pero véase 19:9. Pablo tenía sus razones para despedirse tan pronto.

 

18:21 -- sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene. -- Esta frase, tal vez basada en 20:16, se omite en LBLA y otras versiones porque no se encuentra en los mejores manuscritos.

          -- Pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Efeso. -- "Si Dios quiere"; en todos sus planes Pablo siempre estaba sumiso a la voluntad de Dios (Sant. 4:15: Rom. 1:10; 15:32; 1 Cor. 4:19; 16:7; Heb. 6:3). Pablo sí volvió (19:1). (Al decir "Si Dios quiere" nos conviene ser sinceros; que sea una verdadera expresión de sumisión a Dios y no simplemente un dicho).

 

18:22 -- Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía. -- Cesarea era la capital romana de Judea. Los primeros conversos eran Cornelio y su casa. Posiblemente la iglesia todavía se reunía en su casa.

          Basándose en la frase (v. 21), "Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene", algunos concluyen que el verbo "subió" indica que Pablo subió a Jerusalén, pero omitiendo esa frase, no hay base alguna para afirmarlo.

          Al llegar a Antioquía el segundo viaje de Pablo terminó. Duró unos tres años y durante este tiempo había viajado a través de Asia Menor, llegó a Europa para predicar en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto y al volver pasó por Efeso, Cesarea, y entonces a Antioquía, para dar informes a los hermanos de lo que Dios había hecho con él y sus compañeros en su segundo viaje (compárese 14:26-28). Había mucho que decirles.

          Los judíos lo habían resistido en casi todo lugar con la excepción de Atenas y Efeso, pero Lucas explica que, a pesar de todo, fueron establecidas congregaciones en Filipos, en Tesalónica, y en Corinto, aparte de las que fueron establecidas en Galacia.

 

18:23 -- Y después de estar allí algún tiempo, salió, recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos. -- Ahora emprende el tercer viaje; aparentemente "salió" solo. En Hechos, Lucas no dice nada del problema indicado en la carta de Pablo a las iglesias de Galacia. Aunque "tan pronto" (Gál. 1:6) se apartaron del evangelio puro, todavía no había ocurrido cuando les visitó en esta ocasión.

          El relato de Lucas es muy breve, porque el trabajo de Pablo en esta región sin duda era repetición de lo que hizo en los otros viajes (compárese 14:21-23), pero obsérvese la expresión "recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia". Fue una visita bien planificada y sistemática. Toda iglesia de esa región requería confirmación.

          Otro propósito importante del tercer viaje era la ofrenda levantada en las iglesias gentiles para los santos pobres de Jerusalén (1 Cor. 16:1-4; 2 Cor. 8, 9; Rom. 15:25-27). Al despedirse de la reunión en Jerusalén (Hech. 15) "nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer" (Gál. 2:10). Lo hizo durante este tercer viaje, en persona y por carta.

 

18:24 -- Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. -- Es la única vez que la palabra logios, traducida elocuente, aparece en el Nuevo Testamento. Significa razón o habla; por eso, Apolos podía haber sido hombre elocuente en el sentido ordinario de la palabra (hombre de palabras), u hombre de ideas ("instruido" o erudito, LBLA, margen) y aparentemente los dos conceptos eran aplicables (era poderoso en el conocimiento y en el uso de las Escrituras). "Poderoso en las Escrituras" no significa solamente leer o citar muchos textos, sino también usarlos bien (2 Tim. 2:15), hacer como los levitas: "ponían el sentido de modo que entendiesen" (Neh. 8:8). (Obsérvese que Apolos no era "poderoso en contra de las Escrituras como muchos llamados predicadores, sino poderoso en las Escrituras).

          Era "natural de Alejandría" donde florecía tanto la enseñanza hebrea como la griega. Por eso, Apolos habló como un orador griego con la fuerza de un profeta de Israel. (En Alejandría setenta judíos eruditos tradujeron las Escrituras hebreas al griego; se llama esta versión La Septuaginta, es decir, la versión de los setenta).

          Algunos de los corintios decían, "Yo soy de Apolos" (1 Cor. 1:12), pero no hay sugerencia alguna en Hechos o en Corintios que Apolos hubiera sido la causa de tal espíritu partidario. Los oponentes de Pablo decían que la palabra de Pablo era "menospreciable".

          El ejemplo de Apolos sirve a todos los que enseñan y predican, porque entre los tales no hay excusa alguna para la ignorancia de las Escrituras.

 

18:25 -- Este había sido instruido en el camino del Señor. -  Otra vez Lucas usa la palabra "camino" para hablar del plan de salvación y para enfatizar que no se trata simplemente de creer ciertas cosas sino también de un camino (modo, clase) de vida. Véanse 9:2; 19:9, 23, 22:4; 24:14,22.

          -- y siendo de espíritu fervoroso -- (Rom. 12:11). Entre los que predican, alguno será elocuente, otro poderoso en las Escrituras, otro de espíritu fervoroso, pero en este caso, un solo hombre poseía todas estas cualidades nobles.

          -- hablaba y enseñaba diligentemente (con exactitud, LBLA) lo concerniente al Señor (Jesús, LBLA), aunque solamente conocía el bautismo de Juan. -- Apolos enseñaba con mucho entusiasmo porque él quería que la gente conociera a Jesucristo; era como otro "Juan el bautista" pero que trabajaba más allá de las fronteras de Judea. Exponía las profecías del Antiguo Testamento que anunciaban los tiempos del Mesías, y llamaba a los judíos al arrepentimiento. Como en Judea Juan preparaba el camino para Jesús, así también en Efeso, sin saberlo Apolos preparaba el camino para Pablo, quien al mismo tiempo caminaba hacia esa ciudad. Apolos enseñaba "con exactitud" lo que sabía pero su conocimiento era limitado, pues habiendo sido instruido por Juan o por uno de sus discípulos, Apolos no había aprendido toda la verdad acerca de Jesús. No había aprendido que Jesús dijo después de su resurrección, "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mat. 28:19). No había aprendido que los apóstoles dijeron a los judíos el día de Pentecostés, "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hech. 2:38):

          Dice Lucas que Priscila y Aquila enseñaron a Apolos. Así pues las mujeres ayudaban en la evangelización, pero no como evangelistas (1 Tim. 2:11, 12; 2 Tim. 4:5). Pedro dice a todos los discípulos (hombres y mujeres), "Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (1 Ped. 3:15).

 

18:26 -- Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. -- Apolos sabía lo que Juan decía de Jesucristo y, por eso, sabía que El era el Cristo, y oyó lo que Juan dijo acerca del Espíritu Santo (Mat. 3:11), pero el no predicaba la muerte, la resurrección, y la ascensión de Jesús. Por eso, Priscila y Aquila, discípulos atentos de Pablo y, por eso, maestros capacitados, le explicaron que lo que Juan dijo acerca de Jesús (por ejemplo, que era el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, Jn. 1:29) se cumplió cuando Jesús murió. Apolos no sabía del bautismo de la Gran Comisión (Mat. 28:19) en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. No predicaba los eventos del día de Pentecostés. Vemos, pues, que Apolos estaba muy preparado en lo que se refería a los comienzos del evangelio, pero le faltaba preparación sobre la consumación del evangelio.

          Aunque Apolos era un hombre elocuente y poderoso en las Escrituras, también era como el eunuco, Cornelio, Lidia y el carcelero, siendo dócil y humilde como un niño (Mat. 18:3,4). ("Tenía un corazón de niño unido a la inteligencia de un sabio, pudiendo así recibir la revelación que sólo se abre ante los niños espirituales (Mat. 11:25 y 26)" (Trenchard). Este hombre tan capacitado estaba dispuesto a sentarse a los pies de esta pareja, y cuando aprendió la verdad, la aceptó. Este gran "maestro" era también un buen "estudiante". (El maestro que no quiere ser estudiante -- que no quiere que otro le enseñe -- debe dejar de enseñar).

          Aquila y Priscila eran miembros de la iglesia pero véase 19:9 (todavía no se habían separado de la sinagoga). No querían humillar a Apolos por su ignorancia sino enseñarle; por eso, no le reprendieron públicamente, sino que le tomaron aparte para enseñarle privadamente.

          De este caso aprendemos que no conviene concluir que todo hombre que predique algún error es insincero. También se demuestra aquí que "grandes predicadores" pueden aprender verdades muy importantes de los que simplemente son miembros de la iglesia (Lucas no dice que Aquila predicaba). ("Es vergonzoso al hombre ser ignorante cuando pueda adquirir sabiduría; pero no es vergonzoso adquirir sabiduría de las personas o cosas más humildes", Clarke).

          ¡Recuérdese el caso de Apolos! Este hermano poseía las características necesarias de un fiel obrero del Señor. Dice McGarvey, "Los predicadores serían más poderosos en las Escrituras, y no tendrían que buscar la fuerza donde no se puede encontrar, si tuvieran más cuidado de seguir el ejemplo de Apolos".

          Aquila y Priscila no eran como los "evangélicos" modernos, porque no pensaban que el bautismo no es esencial para la salvación, que es solamente un símbolo externo de una gracia interna. Si los "evangélicos" hubieran escuchado a Apolos, no le habrían corregido, porque él "predicaba a Jesús" (aunque erróneamente).

 

18:27 -- Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho (ayudó mucho, LBLA) a los que por la gracia habían creído; -- Grecia estaba compuesta por Macedonia y Acaya. Aunque Pablo no necesitaba carta de recomendación para los corintios, pues él fue quien estableció la iglesia en Corinto, (2 Cor. 3:1), Apolos sí la necesitaba y los hermanos de Efeso se la dieron. Tales cartas son de mucho beneficio en casos semejantes al caso de Apolos. Véase también 1 Cor. 16:3.

          El resultado de esta acción era muy positivo porque Apolos "fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído". Algunos miembros carnales de Corinto formaron partido diciendo "Yo soy de Apolos" (1 Cor. 1:12; 3:4), pero no hay nada que indique que Apolos tuviera parte en tal movimiento, porque Pablo dijo, "Yo (Pablo) planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios" (1 Cor. 3:6). También dice, "Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad" (1 Cor. 16:12). Seguramente Pablo no hubiera hablado de esta manera de Apolos si éste habría promovido la división carnal de Corinto.

 

18:28 -- porque con gran vehemencia (vigorosamente) refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo. -- Lucas usa aquí una palabra compuesta que enfatiza lo intenso de su obra para indicar que Apolos completamente refutaba los argumentos de los judíos ("vigorosamente los aplastaba en argumentos", JFB).

          Apolos discutía públicamente, tal vez en alguna sinagoga, pero no necesariamente en la misma sinagoga que Pablo había dejado. Lucas no dice Corinto sino Acaya.

          Apolos era poderoso en las Escrituras y la mayor parte de los rabinos eran más fuertes en la tradición oral.

          Pablo dijo a Timoteo, "Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres (no a varones, sino a personas) fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Tim. 2:2). Hemos visto un buen ejemplo de esta "cadena" de enseñanza: Pablo enseñó a Aquila y Priscila quienes enseñaron a Apolos quien enseñó a los judíos de Corinto.

          El comentario de Adam Clarke al terminar sus notas sobre este capítulo es muy bueno; se refiere a lo muy público de la predicación de Pablo y sus compañeros: "La religión cristiana no se escondió en rincones y lugares oscuros ... se presentó a sí mismo de la manera más pública, no solamente en la enseñanza de Cristo, sino también en la de los apóstoles. Aun después de la crucifixión de nuestro Señor, los apóstoles y creyentes iban al templo, el lugar más público; y de la manera más pública enseñaban y obraban milagros ... Cuando los apóstoles llevaron el evangelio a los países paganos, ¿fueron a las villas, entre los menos educados ... ? ¡No! Fueron a Cesarea, a Antioquía, a Tesalónica, a Atenas, a Corinto, a Efeso; a los lugares mismos donde la educación más florecía, donde el impostor con más probabilidad habría sido descubierto, y donde el poder secular existía de la manera más despótica y les podría haber aplastado ... si no hubieran tenido la protección más inmediata del cielo". ¡Bien dicho!

 

* * * * * * * * * * *

 

 

Al Estudio Anterior: Notas sobre Hechos de los Apóstoles - Capítulo 17
Comentarios Index
Al Siguiente Estudio: Notas sobre Hechos de los Apóstoles - Capítulo 19