Hechos 19

 

19:1 -- Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos. -- Vemos en Hechos 16:6 que "les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia"; en 18:21 dice Pablo, "otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere"; ahora llega a Efeso. Lucas relata en pocas palabras el viaje de Pablo desde Efeso a Antioquía y entonces su regreso a Efeso (18:18-23; 19:1). Las regiones superiores se refieren a distritos como Galacia y Frigia.

          Se puede observar en algunos textos -- por ej., Mat. 14:12; Luc. 7:18,19 -- que Juan todavía tenía sus propios discípulos, aunque él mismo les guiaba hacia Cristo. Probablemente algunos de ellos se hubieran mudado a otros países y, por eso, no estaban enterados de la muerte y resurrección de Jesús ni de los eventos del día de Pentecostés. Estos sabían solamente lo referente al bautismo de Juan.        No hay nada en el texto que indique alguna relación entre estos discípulos y Apolos ("Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto ...").

 

19:2 -- les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? -- Lucas no explica cómo Pablo llegó a conocer a este grupo, ni tampoco por qué les hizo esta pregunta. Pablo no dice "¿Recibisteis el Espíritu Santo después de creer? como si se refiriera a los dones espirituales o como si fuera una "segunda bendición", sino que está refiriéndose a algo que ocurre cuando uno cree (obedece). La palabra "creer" frecuentemente se usa para indicar el proceso de la conversión (desde el creer hasta el bautizarse); esta figura se llama "sinécdoque" ("figura de retórica que consiste en tomar una parte por el todo, o el todo por una parte"- Larousse).

          Pablo pregunta, "¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por el oir con fe?" (Gál. 3:2). También dice, "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa" (Efes. 1:13). Vemos pues que con Pablo el recibir el Espíritu acompaña la conversión.

          -- Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo (que el Espíritu Santo ha sido dado, LBLA margen; también véase Jn. 7:39, "no había venido"). -- Juan habló del Espíritu Santo (Mat. 3:11; Jn. 1:33); pero éstos doce discípulos no habían oído de la venida del Espíritu Santo.  Obviamente no sabían nada de los eventos del día de Pentecostés (Hechos 2), ni de lo que los apóstoles dijeron en Hech. 2:38, "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".

 

19:3 -- Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. -- Esta pregunta de Pablo es importantísima: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Somos bautizados en (eis) algo. El mundo sectario no entiende esto, pero Jesús dice (Mat. 28:19), "bautizándolos en (eis) el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo"; Gál. 3:27, "habéis sido bautizados en (eis) Cristo"; 1 Cor. 12:13, "fuimos todos bautizados en (eis) un cuerpo" (1 Cor. 12:13). No somos simplemente bautizados, sino que somos bautizados en Cristo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, en el un cuerpo.

          No hay evidencia alguna de que los que fueron bautizados por Juan o por Jesús y sus discípulos antes de la cruz fueran bautizados otra vez, porque el bautismo de Juan era de Dios (Mat. 21:25; Luc. 7:30) y era para perdón de pecados. Desde luego, la eficacia de su bautismo dependía de la muerte de Cristo.

          Sin embargo, desde el día de Pentecostés el único bautismo válido (Efes 4:5) es el de la Gran Comisión (Mat. 28:19); así pues, los que fueron bautizados en el bautismo de Juan después de esa fecha tenían que volver a bautizarse. Al leer 18:25 y este texto (19:3) aprendemos que el bautismo de Juan todavía se predicaba y practicaba en algunos lugares aunque ya no era válido.

 

19:4 -- Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. --  Según Juan mismo, el bautismo de Juan era un bautismo preparatorio y, por eso, un bautismo temporáneo. Se llamó bautismo de arrepentimiento porque su propósito era volver a los judíos a Dios para que creyeran en Cristo. Su bautismo era "para perdón de pecados" (Mar. 1:4; Luc. 3:3), y era necesario para todos los judíos que le oyeran (Luc. 7:30), pero Juan no quería hacer discípulos para sí mismo, sino que insistía en que creyeran en Cristo (Mat. 3:11; Mar. 1:7; Luc. 3:16; Jn. 1:15). (Esta es la última mención de Juan el bautista en el Nuevo Testamento).

 

19:5 -- Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. -- ¡Qué buena actitud manifestaron estos discípulos! Toman su lugar con los otros casos bellos de hombres y mujeres que obedecieron cuando aprendieron la verdad.

          Varios textos dicen que la gente fue bautizada en el nombre de Jesús, expresión que significa por la autoridad de Jesús. Según Mat. 28:18,19, por esa autoridad Jesús mandó a los apóstoles: "Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo"; por eso, cuando el libro de Hechos habla de bautizar en el nombre de Jesús, esto era la forma abreviada de decir en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Jesús no era y no es el Padre y el Espíritu Santo, sino que por su autoridad -- su mandamiento -- se bautiza en el nombre de los Tres. El nombre Jesús no equivale a los Tres, sino que involucra a los Tres.

          Es importante notar aquí que Pablo no daba una fórmula que decir o recitar al bautizar; es decir, Lucas no dice lo que Pablo dijo al bautizar a estos doce hombres, sino simplemente relata lo que pasó: Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre (por la autoridad) del Señor Jesús. Lo mismo se puede decir de los otros textos que se refieren al bautismo en el nombre del Señor Jesús; siempre se relata lo que se hace y no lo que se dice. Al comparar todos los textos que hablan de bautizar en el nombre de Jesús se observa que no hay fórmula exacta de palabras que pronunciar al bautizar. Si el Espíritu Santo hubiera revelado una fórmula exacta de palabras que pronunciar al bautizar, entonces en todos estos textos habría perfecta conformidad -- las mismas palabras en el mismo orden -- pero no hay tal fórmula.

          Aquí aprendemos cómo los apóstoles trataban el caso de los que habían sido bautizados en el bautismo de Juan, y esto nos enseña la necesidad de bautizar a los que no han sido bautizados correctamente. Los líderes de las iglesias que practican la aspersión en lugar de la inmersión se quejan contra los "anabaptistas" (los que vuelven a bautizar), porque dicen que cuando alguno es bautizado en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, es sacrilegio volver a bautizarlo, aunque sea infante y aunque el acto sea aspersión en lugar de inmersión. Estos hablan así porque para ellos las prácticas bíblicas no son patrón o dechado para la iglesia, pero los que se apegan a las Escrituras como guía infalible insistirán en bautizar a los que fueron "bautizados" incorrectamente.          (En realidad esto no se debe llamar rebautizar, sino bautizar correctamente según las Escrituras.) ¿Quiénes se incluyen en este número?

          1. Los que fueron "bautizados" (por aspersión) como infantes deben bautizarse bíblicamente al llegar a una edad responsable, porque el que "se bautizó" como infante no oyó el evangelio, no lo entendió, no lo creyó, no se arrepentió (no tenía pecados), no confesó y no fue sepultado y resucitado. Obviamente los infantes no se bautizan bíblicamente.

          2. Los que no han sido sepultados (Rom. 6:4) y resucitados (Col. 2:12) no han sido bautizados bíblicamente. La "aspersión" no es bautismo bíblico.

          3. Los que han sido bautizados creyendo que su bautismo no era esencial para la salvación no han sido bautizados bíblicamente (Hech. 2:38 dice que el bautismo es "para perdón de pecados").

          4. Los que han sido bautizados presionados por padres, cónyuges, hermanos u otros no han sido bautizados bíblicamente. (El presionar incluye el fuerte deseo de complacerles).

          5. Los que han sido bautizados para unirse a alguna iglesia humana no han sido bautizados bíblicamente. Por ejemplo, muchos dicen que el bautismo no es esencial para la salvación; obviamente cuando estos aprenden la verdad, deben bautizarse según las Escrituras. Varias iglesias no practican la inmersión sino la aspersión; desde luego, los miembros de estas iglesias no han sido bautizados correctamente.

          Por lo tanto, nadie debe ofenderse cuando evangelistas preguntan acerca del bautismo de la gente, porque este texto enseña que es imposible bautizarse correctamente sin oír y entender la enseñanza verdadera de los apóstoles. La enseñanza sectaria no prepara la gente para el bautismo correcto.

          El un solo bautismo válido (Efes. 4:5) es la sepultura (Rom. 6:4) en agua (Hech. 8:36), y la resurrección (Col. 2:12) del creyente (Mar. 16:16) penitente (Hech. 2:38) en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mat. 28:19) para perdón de pecados (Hech. 2:38), y tal persona no es bautizada para ser miembro de alguna iglesia humana, sino que es bautizada en el un cuerpo (1 Cor. 12:13; Efes. 1:22,23; dice Col. 1:13, "trasladado al reino de su amado Hijo").

 

19:6 -- Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. -- Esto indica claramente que Dios aprobó lo que Pablo hizo en esa ocasión. Solamente los apóstoles podían impartir los dones del Espíritu (compárese Hech. 8:14-18).

          Un concepto muy común (y muy equivocado) entre los carismáticos es que se habla en lenguas para probar que ya se recibió el bautismo del Espíritu Santo, pero en primer lugar el bautismo en el Espíritu Santo no fue prometido a todos los creyentes y en segundo lugar, 1 Cor. 14:22 explica que las lenguas eran señales para incrédulos. Es necesario que aceptemos explicaciones bíblicas.

 

19:7, 8 -- Eran por todos unos doce hombres. Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. -- Predicar el reino de Dios equivale a predicar el evangelio, 1:3; 8:12; 14:22; 19:8; 20:25; 28:23,31. Lucas dice en Hech. 5:42, "enseñar y predicar a Jesucristo"; Felipe fue a Samaria y "les predicaba a Cristo" (y el reino, v. 12); 2 Tim. 4:2, "prediques la palabra", etc. Desde luego, todas estas expresiones se refieren a la misma cosa, y ¿cuál fue el resultado de su predicación? Quedó establecida una iglesia de Cristo en Efeso.

 

19:9 -- Pero endureciéndose algunos (Véase la palabra endurecer en Hebreos 3:8, 13, 15; 4:7, 8) y no creyendo (se volvieron desobedientes, LBLA). -- Compárese 14:2 "Mas los judíos que no creían (desobedecieron, LBLA, margen); Heb. 3:19, "vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad"; 4:11, "Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia". El Espíritu Santo emplea alternativamente los términos incredulidad y desobediencia. Muchos religiosos condenan el no creer, pero para el Espíritu Santo no hay diferencia entre el no creer y el no obedecer; los verdaderos creyentes son los obedientes.

          -- maldiciendo el Camino delante de la multitud. -- El Espíritu Santo no dice "cristianismo", sino "el Camino".

          -- Se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. -- Pablo separó a los discípulos como había hecho en Corinto (18:7). Este texto no dice que Pablo llegó a ser uno de los profesores en alguna escuela, sino que la escuela de Tiranno corresponde a la casa de Justo en Corinto, es decir, era un lugar conveniente en el cual se podía predicar el evangelio cuando tuvo que salir de la sinagoga. Como se ha demostrado repetidas veces Pablo aprovechó cualquier medio y cualquier sitio accesible (sinagoga, plaza, concilio pagano, casa particular, etc.) para predicar el evangelio. En cuanto al trabajo de Pablo la "escuela" de Tiranno era simplemente un sitio apropiado (un salón) en el cual podía seguir predicando todos los días.

          Se explica esto porque algunos hermanos que abogan por las instituciones de las iglesias de Cristo han usado este texto para tratar de justificar los institutos establecidos por algunas iglesias de Cristo para entrenar "misioneros", evangelistas, predicadores y otros obreros, pero no hay la más mínima sugerencia de tal cosa en este texto, y tal argumento es totalmente sectario y pervierte la Escritura. Es increíble que hermanos en Cristo usen el libro de Hechos -- un libro inspirado que nos proporciona el modelo o patrón perfecto para la obra del Señor -- para tratar de justificar sus prácticas sectarias.

 

19:10 -- Así continuó por espacio de dos años. -- Pablo dijo a los ancianos de Efeso que "por tres años" había trabajado en Efeso (20:31). Primero predicó por tres meses en la sinagoga (19:8); entonces por dos años predicó en la escuela de Tiranno; después "se quedó por algún tiempo en Asia" (19:22).

          -- de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. -- La palabra Asia en estos textos no se refiere al continente de Asia como lo conocemos, sino a la parte occidental de Asia Menor (una provincia romana gobernada por un procónsul, de la cual Efeso era la capital; las siete iglesias de Asia mencionadas en Apoc. 2 y 3 pertenecían a este distrito).

          Como dijo Demetrio (v. 26), "no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia" Pablo había persuadido a la gente. Un escritor romano (Plinio) dijo acerca de la extensión del evangelio en esa área que "el contagio de esta superstición no sólo se ha extendido a través de las ciudades, sino también de los pueblos y aldeas".

          También se debe agregar que aparte de tanto trabajo en Asia, al mismo tiempo Pablo estaba muy preocupado por los problemas en la iglesia de Corinto. Les escribió una carta que no se ha preservado (1 Cor. 5:9) y entonces, de parte la casa de Cloé y una carta que la iglesia le escribió (1 Cor. 1:11; 7:1), Pablo recibió noticias de la iglesia. Aparte de escribirles la primera carta (la que tenemos) también les envió a Timoteo y después a Tito; quería que Apolos fuera pero por alguna causa no quería ir en ese momento (1 Cor. 16:12). Todo esto indica lo serio de los problemas de la iglesia de Corinto, y la preocupación de Pablo (1 Cor. 12:25).

 

19:11 -- Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, -- es decir, milagros verdaderos, con los cuales los supuestos milagros de los efesios no se podían comparar. Dios hacía milagros extraordinarios porque en Efeso estaba muy extendida la superstición. Como veremos en los siguientes versículos, esta ciudad estaba entregada a las artes mágicas, como Atenas estaba entregada a los ídolos. Como los samaritanos podían ver la superioridad de los milagros verdaderos hechos por Felipe (y la falsedad de las obras de Simón el mago), así también era necesario que Pablo demostrara el verdadero poder de Dios para exponer la falsedad de los exorcistas y otros magos. Como él dice en la carta a la iglesia de Efeso (6:12), "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad, en las regiones celestes".

          Los milagros hechos por los apóstoles confirmaron la Palabra (14:3; Mar. 16:20; Heb. 2:3,4).

 

19:12 -- de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños (pañuelos, LBLA) o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. -- Pablo dijo a los ancianos de Efeso (20:34) que él había trabajado con sus manos cuando predicaba allí, y tales trabajadores usaban pañuelos (sudarios) y delantales. Desde luego, el poder de Dios no estaba en "los pañuelos o delantales de su cuerpo", sino que Dios quería de esta manera sanar a los enfermos y echar fuera los demonios.  Lucas ya había contado el caso de la mujer con flujo de sangre que sanó al tocar el borde del manto de Cristo (Luc. 8:44-46) y de los "que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos" (Hech. 5:15). (Compárese el "poder" que había en el manto de Elías aun cuando Eliseo lo usaba, 2 Reyes 2:13,14).

 

19:13 -- Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, -- "Estos exorcistas iban de lugar en lugar, dando vueltas (peri) como los modernos adivinos gitanos" (ATR). Un exorcista es "uno que emplea una fórmula de conjuración para la expulsión de demonios, Hch 19:13" (WEV).

          -- intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. -- ¿Qué pasó con los nombres que habían invocado antes de saber de Jesús? Obviamente ellos creyeron que el nombre de Jesús era más poderoso. Pero ¿cómo usaban el nombre de Jesús? Como un nombre con poder mágico. Los apóstoles habían hecho grandes milagros usando el nombre de Jesús, pero no lo usaban como nombre mágico; "en su nombre" significa "por su autoridad".

          Simón el Mago creía que Pedro era como uno de ellos y le ofreció dinero por el poder que él tenía; así también sin duda estos exorcistas creían que  Pablo era uno de ellos y al oír lo que él decía creían que él usaba cierto encantamiento mágico para echar los demonios.

 

19:14 -- Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. -- Deut. 18:9-12 fuertemente condenó tales prácticas, pero muchos judíos estaban muy retirados de la ley y habían caído bajo muchas influencias y tendencias paganas.

 

19:15 -- Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco (o reconozco, LBLA, margen), y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? -- El espíritu malo habló por la boca del endemoniado, como indica el siguiente versículo (compárese Mar. 3:11). ¡Qué interesante que estos falsos hombres hayan sido expuestos y derrotados por el diablo mismo!

          Aquí aprendemos que no conviene usar mal el nombre de Jesús. Aquellos hombres no tenían el derecho de usarlo, pero ¿cuántas personas usan indignamente este sagrado nombre? ¿Qué enseña Mat. 7:21-23 sobre esto? ¿Será apropiado que alguna iglesia humana diga que es de Jesucristo? ¿Será apropiado que alguno siga llamándose cristiano o miembro de la iglesia de Cristo aunque todavía siga manchando su vida con prácticas pecaminosas?

 

19:16 -- Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. -- Compárese Mar. 5:3,4, nadie podía controlarlo. La palabra desnudo se usa cuando el cuerpo no está bien vestido; en este caso la ropa de ellos quedó desgarrada.

          Pablo estaba autorizado para usar el nombre de Jesús para echar fuera demonios, pero cuando estos hombres trataron de imitar el "exorcismo" practicado por Pablo, explotó en sus manos como un arma mal usada. Querían echar demonios pero ellos mismos fueron echados.

 

19:17 -- Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. -- El resultado de este evento fue tremendo. En ese día el evangelio predicado por Pablo ganó una maravillosa victoria. Recuérdese la descripción de Efes. 6:12 para apreciar la victoria de la luz sobre las tinieblas.

          Compárese el caso de la muerte de Ananías y Safira (5:11, "Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas").

 

19:18 -- Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. -- Hay fuerza doble en las palabras "confesando y dando cuenta de sus hechos", y significa que  lo hicieron de la manera más pública y abierta. No escondieron nada. Compárese Mat. 3:6.

 

19:19 -- Asimismo muchos de los dque habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. -- El valor de tales libros (pergaminos) consistía en fórmulas mágicas, los secretos de cómo obrar la magia para bendecir o para maldecir (perjudicar), toda clase de encantación o poción de amor, etc. Contenían símbolos y frases mágicas que se llevaban como amuletos para protegerse de los espíritus. Con tales artes mágicas ganaban mucho dinero. Las "piezas de plata" probablemente eran dracmas o denarios.

          En la actualidad hay muchísimos libros y revistas que deben ser quemados porque son como los de Efeso. Hay libros que abiertamente promueven el satanismo, hay libros de la astrología (con sus horóscopos). Otros artículos que deben ser quemados son los amuletos, talismanes, etc.. El satanismo tiene un control fuerte sobre las dos influencias más potentes del país: la música y las películas (tanto de la televisión como del cine).

 

19:20 -- Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor. -- Lucas emplea aquí un término militar para indicar la victoria del evangelio sobre las supersticiones de los efesios. Millones no quieren aceptar el evangelio porque no quieren abandonar el error y el pecado en general, pero los efesios completa y públicamente abandonaron sus prácticas de engaño.

          Se puede decir que en esta ocasión se ve un buen ejemplo del "primer amor" de los efesios (Apoc. 2:4).

 

19:21 -- Pasadas estas cosas, (después de esta gran victoria lograda sobre las artes mágicas), Pablo se propuso en espíritu -- Pablo había aprendido que él iría solamente donde el Señor dirigía (16:6, 7; 18:21).

          -- ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma. -- Pablo no pensaba en vacaciones sino en recorrer Macedonia y Acaya, y entonces ir a Jerusalén, y entonces ir a Roma, y entonces ir a España (Rom. 15:24). Alejandro Magno no tenía más ambición que Pablo para conquistar territorios nuevos.

          La palabra recorrer abarca mucho: 9:32, "Aconteció que Pedro, visitando a todos ..."; 19:1, "Pablo, después de recorrer las regiones superiores"; 19:21, "después de recorrer Macedonia y Acaya"; 20:1, 2, el cumplimiento del plan propuesto en 19:21.

          El propósito del viaje a Jerusalén se explica en Rom. 15:25-27; 1 Cor. 16:1-4; 2 Cor. 8:1.

          Pablo deseaba llegar a Roma. Es probable que desde Corinto (Hech. 20:3) él escribiera la carta a los romanos, en la cual habla de su deseo y su propósito de visitarles: Rom. 1:10, "rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros"; 1:13, "muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles"; 1:15, "pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma"; 15:23,24, "Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, cuando vaya a España, iré a vosotros". Aquila y Priscila y muchos otros conocidos de Pablo vivieron en Roma (Rom. 16). Desde luego, quería ir a Roma porque era la capital del Imperio.

         

19:22 -- Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia. -- Timoteo podía enseñar a los corintios el proceder de Pablo, 1 Cor. 4:16,17. Podía explicarles la enseñanza de Pablo y el orden establecido por Pablo cómo, por ejemplo, el establecer ancianos en cada congregación (Hech. 14:23), el participar de la cena del Señor el primer día de la semana, (Hech. 20:7), etc. En cuanto a la llegada de Timoteo a Corinto Pablo dijo: "Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad (sin temor, LBLA), porque él hace la obra del Señor así como yo. Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos" (1 Cor. 16:10,11).

          En cuanto a Erasto, Pablo dice, "Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad" de Corinto (Rom. 16:23); si el Erasto de Hech. 19:22 es el mismo, él volvía a su hogar.

 

19:23 -- Hubo por aquel tiempo un disturbio (alboroto, LBLA) no pequeño. -- Pablo derrotó a Satanás en la cuestión de las artes mágicas, pero entonces se encontró con otra amenaza. Durante todo su ministerio no había descanso sino puro conflicto.

          -- Acerca del Camino. -- Lucas no habla del "cristianismo" sino del Camino, 9:2; 16:17; 18:25, 26; 19:9, 23; 24:14, 22. Posiblemente se basa en las palabras de Jesús: "Yo soy el camino" (Juan 14:6). La palabra abarca toda la religión de Cristo.

          Dijo Pablo a los corintios, "Estaré en Efeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios" (1 Cor. 16:8, 9; véase también 1 Cor. 4:9-13). En seguida vemos un ejemplo de ellos. También dijo en la misma carta (1 Cor. 15:32) que había batallado "en Efeso contra fieras" (sin duda eran "fieras" de dos patas porque los ciudadanos romanos no eran echados a las fieras).

 

19:24 -- Porque un platero llamado Demetrio. -- El disturbio tuvo que ver con este hombre.

          -- que hacía de plata templecillos de Diana (Griego, Artemisa, LBLA, margen). Daba no poca ganancia a los artífices. -- Los adoradores de esta diosa llevaban estos templecillos en sus procesiones religiosas, en campañas militares, los tenían en sus casas y los llevaban como amuletos. Al comparar las prácticas católicas con esta práctica es obvio que el catolicismo no es el Camino verdadero, sino "un cristianismo paganizado" (JFB).

          El problema de Demetrio y los plateros se describe perfectamente en 1 Tim. 6:9, 10 (el amor al dinero). Estos demuestran la misma actitud que observamos en Hech. 16:19-21 cuando Pablo echó fuera el espíritu inmundo de una mujer en Filipos para terminar la fuente de ganancia de sus amos.

 

19:25 -- a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza (nuestra prosperidad depende de este comercio, LBLA); -- las primeras palabras del discurso de Demetrio son, "nuestra prosperidad"; con toda franqueza admite que el celo "religioso" de estos artesanos era por el interés de la ganancia material: "piedad por beneficio" (ATR).

 

19:26 -- pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. -- El argumento de Demetrio fue que la predicación de Pablo había hecho daño a su negocio. Lo que Demetrio dijo era cierto; con toda franqueza él admitió el éxito del ministerio de Pablo en Efeso y "en casi toda Asia". Siendo judío bien doctrinado en la ley y en los profetas con respecto a la idolatría (Ex. 20:3-6; Isa. 44:9-17), como también en la filosofía pagana (Hech. 17:29) Pablo estaba bien preparado para apartar "a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos".

          Donde prevalece el evangelio el negocio o el empleo que no es bueno ante los ojos de Dios sufre (como en Efeso sufrió el negocio de los que vendían artículos de la magia y el de los que hacían los templecillos de Diana). Qué bueno fuera si el evangelio pudiera prevalecer sobre las empresas que producen y distribuyen el alcohol, el tabaco, y todo producto dañino, y también sobre los "negocios" de Hollywood y los de Las Vegas (el jugar), etc. Muchas personas tendrían que buscar otros empleos pero esto sería una bendición para ellos y para muchos otros. (Pero muchos no preguntan "¿Es correcto?" sino "¿Cuánto me cuesta?")

 

19:27 -- Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. -- En Hechos leemos varias acusaciones contra Pablo, pero Demetrio dijo la pura verdad y usa de mucha franqueza. Confiesa públicamente que su preocupación principal tenía que ver con su ganancia (después habla de Diana). Apeló a dos de los sentimientos más fuertes del corazón humano: el interés material y la religión. Tenemos que dudar en cuanto a su "convicción" religiosa, pero si era religioso o no, habló del "templo de la gran diosa Diana" para agitar al pueblo para que se opusiera a Pablo.

          -- el templo de la gran diosa Diana, diosa de la fertilidad, el más famoso del mundo de aquel entonces, se consideraba como una de las siete maravillas del mundo. En cuanto a su tamaño y riqueza no había en el mundo entero otro comparable. No era solamente un centro importante de la religión (para orar, hacer sacrificios y recibir revelaciones), sino que también servía como banco para los ricos. Debido a su importancia religiosa se consideraba como lugar seguro para guardar grandes cantidades de dinero. Además el templo mismo mantenía una empresa financiera que tenía propiedades, prestaba dinero, cobraba impuestos sagrados, etc.

          Además de todo eso, estaba muy involucrado en la vida civil del pueblo. Proveía un lugar para la educación de niños, enviaba representantes a los juegos olímpicos, presentaban honores patrióticos, y aun servía para detener ciertos criminales. En fin, este templo servía como el centro de la vida religiosa, social y económica del pueblo de Efeso y de "toda Asia".

          Este texto bien describe el poder del evangelio predicado por el apóstol Pablo y la consecuencia inevitable del éxito de la obra de evangelizar. Compárese 2 Cor. 10:3-5. Al avanzar el evangelio a través del Imperio Romano "el templo de la gran diosa Diana" y muchos otros templos llegaron a ser estimados en nada. Desde luego, los que se convirtieron a Cristo abandonaron tales templos y dejaron de comprar los templecillos hechos por Demetrio y sus socios.

 

19:28 -- Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! -- Compárese 1 Reyes 18:26, "invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos!" Cuántas personas "razonan" de esta manera, a pura fuerza de pulmón. Es una táctica de ignorancia y de prejuicio. Esta táctica me recuerda de los que no pueden participar honradamente en una discusión de algún asunto bíblico sino constantemente interrumpen diciendo, "Permítame, permítame".

 

19:29 -- Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, -- porque no había lugar en las calles angostas para juntar mucha gente. El teatro no era solamente el centro para programas de diversión, sino el centro para actividades políticas y civiles. Los edictos imperiales y leyes nuevas se leían aquí y los oficiales de la ciudad se reunían regularmente aquí. Por eso, "a una se lanzaron al teatro", porque los cargos contra Pablo y sus compañeros eran tanto civiles como religiosos. Estaban enfurecidos y querían víctimas.

          -- Por eso, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. -- Aristarco y Gayo se mencionan en 20:4; Aristarco era un compañero fiel de Pablo hasta el fin, Filemón 24; Col. 4:10.

 

19:30 -- Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. -- Compárese 17:5-9 (en Tesalónica no encontraron a Pablo, sino que llevaron a Jasón). Lucas no explica por qué arrebataron a Gayo y a Aristarco en lugar de Pablo, pero Pablo era el líder del grupo y no era cobarde; nunca hubiera estado dispuesto a dejar que sus compañeros murieran en lugar de él. El entendía que la lucha de los plateros era con él y aceptó esta responsabilidad. Es muy posible que Pablo se refiriera a esta ocasión en 2 Cor. 1:8-10. Dice Pablo que Priscila y Aquila "expusieron su vida por mí" (Rom. 16:4); no sabemos cuándo pero fue en alguna ocasión semejante a ésta. Pero no era el plan de Dios de que Pablo muriera en el teatro de Efeso. Todavía tenía mucho trabajo para él: había de testificar de Dios en Roma.

 

19:31 -- También algunas de las autoridades de Asia (asiarcas, LBLA), que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. -- Como explica LBLA en el margen: los asiarcas eran "líderes religiosos o políticos de la provincia de Asia". Estos se encargaban del honor de pagar los gastos, hacer los arreglos para los juegos y otras actividades en el teatro. Este texto nos hace ver algo más de la influencia que Pablo tenía aun con las autoridades. Estos sabían que el populacho era capaz de depedazarlo. En otras ocasiones los amigos de Pablo lo rescataron del peligro grave (Hech. 9:25, 30; 17:10, 14). Los verdaderos cristianos ganan el favor de mucha gente. Jesús mismo "crecía ... en gracia para con Dios y los hombres" (Luc. 2:52). La iglesia de Jerusalén tenía "favor con todo el pueblo" (Hech. 2:47). Pablo era un hombre muy valiente y celoso por Dios, pero también era hombre de gentileza y estas cualidades le ganaron el respeto de hombres eminentes: Hech. 13:7-12, Sergio Paulo, el procónsul; 18:14-17, Galión; 27:3, Julio trató "humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos".

         

19:32 -- Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. -- Demetrio prendió fuego que no pudo controlar, porque esta concurrencia ya no era una "asamblea legítima" (ver. 39) sino una multitud desorganizada y confusa. Gritaban porque otros gritaban, como sucede cuando cien perros están ladrando y solamente uno sabe por qué. Este evento bien ilustra la ignorancia, la superstición, la ira y la confusión de la gente que no conoce a Dios. Nos preguntamos qué hacía Demetrio, el que instigaba el alboroto, durante toda confusión.

 

19:33 -- Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo. -- Es decir, no quería hablar en defensa de Pablo y sus compañeros sino de los judíos. Probablemente quería decirles que Pablo no era un fiel judío y que no representaba a los judíos. Sin embargo, no le dejaron hablar, porque había mucha enemistad entre romanos y judíos.

 

19:34 -- Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios! -- Se puede decir que Diana era para ellos "Nuestra Señora de Efeso".

 

19:35 -- Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? -- El escribano (secretario de la ciudad, el hombre principal después del procónsul) no se dirige a lo que Demetrio dijo acerca de Pablo (ver. 26), sino simplemente al grito de ellos (¡Grande es Diana de los efesios!). Guardiana. Había mucha rivalidad entre las ciudades paganas para ganar el privilegio de ser "guardiana" de algún dios o alguna diosa, porque aparte del gran honor, creían que recibirían más bendiciones. Venida de Júpiter (descendió del cielo, LBLA). Según la tradición esta imagen descendió del cielo (de Júpiter) y que, por lo tanto, era de origen divino. Posiblemente el origen de la imagen fue un meteoro (o posiblemente era lo que "se decía", como de otros ídolos).

 

19:36 -- Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente. -- El primer argumento del escribano fue que la leyenda acerca de Diana fue aceptada por todos (desde luego, sin prueba) y, por eso, ¿por qué tener un tumulto sobre algo que nadie negaba? Nadie podía robar a la ciudad de su privilegio ni a Diana de su honor; entonces ¿por qué este tumulto? Efeso era una ciudad libre, pero el escribano sabía que podía perder sus privilegios por causa de un tumulto, porque los romanos estrictamente insistían en el buen orden, y el que causaba alboroto sería castigado. Es interesante observar que el escribano no hizo caso del argumento de Demetrio con respecto a lo que Pablo predicaba y su efecto sobre la ganancia de los plateros.

 

19:37 -- Porque habéis traído a estos hombres, -- El segundo argumento del escribano fue que Pablo y sus compañeros no eran hombres malvados: no eran sacrílegos (robadores de templos) ni blasfemadores de su diosa. ¿Qué habrá pensado Demetrio de esto? El escribano no toma en cuenta la preocupación de los plateros en cuanto a su ganancia, sino defiende a Pablo y sus compañeros. Sin embargo, Demetrio no se atrevía a contradecir al escribano. La consecuencia era obvia: Pablo y sus compañeros quedaron vindicados y ¡podían seguir predicando la misma cosa!

          -- sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. -- Pablo y sus compañeros no eran ásperos o bruscos en lo que decían de los ídolos, sino que explicaban la diferencia entre el Dios Vivo y los dioses hechos por manos de los hombres, Pablo hizo verdaderos milagros (19:11) que claramente demostraron el poder del Dios Vivo, y razonaban con la gente (véanse 14:15-17; 17:22-31). Pablo practicaba lo que dijo a Timoteo con respecto a esto (2 Tim. 2:24, 25). Muchas veces la gente rechaza la verdad por causa de la manera o el método empleado por los que la anuncian.

 

19:38 -- Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros. -- El tercer argumento del escribano es que los que acusan a otro deben emplear el proceso legal. En lugar de reprender o condenar a Pablo y sus compañeros, reprende a Demetrio y los artesanos. El escribano los desacredita ante el pueblo a quiénes tumultuaron. Este versículo nos hace ver que había mucho orden en el Imperio Romano y que no se toleraban alborotos.

          Lo que el escribano dice aquí es un buen consejo para todos con respecto al buen orden. Cuando hay una discusión religiosa debe haber orden (muchas veces lo más indicado es un debate formal, con ciertos oradores, con los temas bien definidos, con tiempo medido, etc.; a veces los evangelistas y otros miembros de la iglesia sujetan la Biblia a un "pleito de perros" en lugar de tener una discusión digna y honrada con sus oponentes. Hay personas -- no solamente "testigos", mormones, y pentecostales, sino también hermanos -- que no saben respetar al oponente, y quieren dominar la discusión diciendo, "permítame", "permítame". También para tratar problemas de la iglesia es indispensable que haya buen orden y si es necesario señalar a cierto hermano y apartarse de él esto, debe llevarse a cabo de acuerdo con las enseñanzas del Nuevo Testamento. "Hágase todo decentemente y con orden", 1 Cor. 14:40.

 

19:39 -- Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir, -- es decir, esta no es una "legítima asamblea" y en ella no se puede resolver nada.

 

19:40 -- Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. -- Este es el cuarto argumento del escribano: Efeso, una ciudad libre, está en peligro de perder sus privilegios si llegan noticias de este desorden a oídos del procónsul u otras autoridades superiores. No la predicación de Pablo sino Demetrio estaba causando los problemas. Si las autoridades romanas les acusan de sedición (tumulto, motín), les multará severamente y tal multa afectará a todos los dueños de negocios y otras propiedades. Por eso, el escribano muy juiciosamente habla de "este concurso" (en lugar de "este tumulto").

          Este discurso del escribano fue una "obra maestra".

          Lucas no dice más acerca de Demetrio, pero seguramente éste entendió que en lugar de poder acabar con Pablo, su propia vida era la que peligraba por instigar el tumulto.

          ¡Qué bendición de Dios es el gobierno civil! Debemos estudiar, predicar y apreciar lo que el Espíritu Santo enseña sobre el asunto (Rom. 13:1-8; Tito 3:1, 2; 1 Ped. 2:13-17). Ley, justicia, y orden son de Dios; el caos es del diablo.

 

19:41 -- Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea. -- Despidió la "asamblea" porque no halló crimen en Pablo y sus compañeros. Las acusaciones de Demetrio no hubieran llevado peso en una "asamblea legítima". De esta manera vemos que la providencia de Dios dio otra gran victoria a sus siervos.

          Vemos en 20:3, 4 que Aristarco y Gayo viajaron con Pablo a Jerusalén y que Aristarco era el compañero de Pablo en el viaje hasta Roma (27:1, 2; Col. 4:10).

          Es interesante observar el efecto que el evangelio tuvo sobre la gente judía y gentil (obsérvense las palabras contienda, disensión, divididos, alboroto, etcétera). 14:4, en Iconio: "la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos y otros con los apóstoles"; 15:2, en Antioquía: Pablo y Bernabé tuvieron "una discusión y contienda no pequeña" con los judaizantes; 16:22, en Filipos: "Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas"; 17:5, 6, en Tesalónica: "alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo ... Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá"; 21:34, en Jerusalén: "no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza"; 23:7, 10, en Jerusalén: "Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos ... Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza"; 24:5, en Cesarea: "hemos hallado que este hombre (Pablo) es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos"; 25:24, en Cesarea: "aquí tenéis a este hombre, respecto del cual toda la multitud de los judíos me ha demandado en Jerusalén y aquí, dando voces que no debe vivir más".

          Así pues, en esta ocasión el problema no fue causado por los judíos sino por los gentiles, pero también hay que observar que el problema fue resuelto por los gentiles (los asiarcas y el escribano).

 

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