Creación
Los seis días de la creación, Génesis 1
Introducción.
A. Algunos dicen que creen Gén. 1, pero también dicen que el universo tiene unos 15 billones de años de edad y que la tierra tiene unos 4.5 billones años de edad.
B. Estos dicen que rechazan la evolución y que tampoco son evolucionistas teistas (los que tratan de armonizar la creación con la evolución), pero aunque renuncian a la evolución orgánica (evolución de la creación animada), sí aceptan la evolución de la creación inanimada (el universo, la tierra). Es muy importante observar y recordar este punto, porque a pesar de lo que profesen éstos, en realidad son evolucionistas teistas, pues quieren armonizar la Biblia con los conceptos de evolución.
C. Advertencia seria. Es muy importante recordar que muchos de los que comenzaron dudando de lo que la Biblia dice claramente en Gén. 1, terminan dudando de los milagros registrados en la Biblia, la Deidad de Jesús, el nacimiento virginal y resurrección corporal de Jesús, la inspiración de las Escrituras, etc.
I. Las eras geológicas.
A. Para poder entender el problema bajo consideración es necesario entender algo de las llamadas “eras geológicas”, porque el propósito de tales hermanos es tratar de armonizar la Biblia con ellas. La “geología” es la “ciencia que tiene por objeto el estudio de las materias que componen el globo terrestre, su naturaleza, su situación y las causas que lo han determinado”. Entre otras cosas el estudio de la geología tiene que ver con los estratos o capas de la superficie de la tierra. Según científicos geólogos, la naturaleza y situación de los varios estratos de la superficie de la tierra nos indican la edad de la tierra. La tabla o columna geológica se publica en diccionarios, enciclopedias y en muchos libros de texto a todo nivel de estudio. Los geólogos dan nombres a estas supuestas eras (arqueozoica, proterozoica, paleozoica, etc.), como también a los supuestos períodos dentro de aquellas eras (p. ej., el cámbrico dentro de la paleozoica, etc.), y se nos dice que la formación de estos varios estratos ocurrió durante muchos billones de años.
B. En la tabla de las eras geológicas también se publican la vida característica de cada una; es decir, se nos dice que plantas y animales acuáticos primitivos surgieron durante la era proterozoica hace por lo menos un medio billón de años y que el surgimiento de plantas y animales y del hombre ocurrió hace 25,000 a 975,000 años. Los “científicos” hablan de millones y billones de años como si fueran decenas o centenares de años, y todo de acuerdo a su propia imaginación, porque no hay ciencia verdadera en las tablas geológicas ni mucho menos en los números de años que las supuestas eras hayan durado.
C. Pero lo importante de esto es que hay una relación estrecha – inseparable – entre la tabla geológica y la evolución. Los que propagan esta “ciencia” argumentan en círculo. Se nos dice que la edad de los estratos de la superficie de la tierra se puede determinar por los fósiles que se encuentran en ellos. (“Fósil. Nombre que se da a los fragmentos de animales o plantas petrificados que se encuentran en diversos terrenos geológicos antiguos”). Pero, en turno, argumentan que la edad de los fósiles se puede determinar por el estrato de la tierra en el que se encuentre. Así pues, al reconocer que la evolución es una filosofía vana y hueca, también se reconocerá que la tabla geológica no tiene significado alguno.
D. Aunque todo esto (la evolución y las eras geológicas) sea llamado “ciencia”, es necesario de una vez aclarar que no lo es. Los maestros de esta llamada “ciencia” (1 Tim. 6:20) quieren que los alumnos crean que el orden establecido en el dibujo de la columna geológica se encuentra en toda la superficie de la tierra, pero esto simplemente no es cierto. Siete de los diez estratos no se encuentran en un 77% de la superficie de la tierra y tres o más de los estratos no se encuentran en un 94% de la superficie de la tierra. De hecho, datos científicos indican que aproximadamente 0.4% del área de la superficie de la tierra tiene los diez estratos como se dibujan en la tabla geológica, y aun en estos algunos son incompletos. La completa columna geológica existe, pues, solamente en la imaginación de los que la dibujen.
E. También es importante aclarar de una vez que los estratos verdaderos de la tierra (los que en verdad existen) no se han formado a través de millones de años. La explicación principal de la formación de los estratos de la superficie de la tierra y de los fósiles encontrados en ellos es que Dios sometió la tierra a un diluvio devastador. Léase el relato del diluvio en Génesis 7. El diluvio explica los estratos o caps de la superficie de la tierra, incluyendo la formación de continentes, océanos, ríos, montañas, valles, cañones, etc. Es interesante la definición que Larousse da a la palabra cataclismo: “Diluvio, terremoto, etc.: el hundimiento de la Atlántida (continente que se supone existió en el Atlántico) fue uno de los cataclismos más terribles de que habla la historia”. Desde luego, esto fue pura leyenda griega, pero ilustra el hecho de que diluvios y terremotos sí tienen impacto tremendo sobre la superficie de la tierra. Si hubiera mapa del mundo antediluviano y otro del mundo postdiluviano, habría contrastes increíbles.
II. El diluvio que Dios envió en los días de Noé.
A. Gén. 7:19, “todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. 20 Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes”. Algunos hermanos “conservadores” nos dicen que esto fue un diluvio local, pero al leer Gén. 7:19 es obvio que el diluvio descrito aquí fue un diluvio universal, pues “las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos”, y no sólo eso, sino que “quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes”. ¿Diluvio local que subió quince codos más alto aun después de cubrir todos los montes que había debajo de todos los cielos? El texto no dice que las aguas del diluvio cubrió algunas montañas, sino que “todos” los montes altos que había debajo de “todos los cielos”. Obsérvese cómo se repite la palabra “todos”. ¿Qué nos está diciendo Moisés? Que el diluvio fue universal. Esto es confirmado por el apóstol Pedro: 2 Ped. 3:6, “por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua”.
B. ¿Qué efecto tuvo el diluvio sobre la superficie de la tierra? Gén. 7:11, “El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, 12 y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches”. “Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días … Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenidas” (Gén. 7:24-8:2). Las lluvias torrenciales duraron por 40 días y las aguas prevalecieron sobre la tierra, azotándola fuertemente, por cinco meses. Imagínese la fuerza, la presión y el impacto general de tanta agua, desde abajo y desde arriba. La lluvia torrencial de 40 días y noches, golpeando la tierra incesantemente, sería causa de toda clase de erosión, llevando con el terreno animales, árboles, plantas y rocas para depositarlos muy lejos de donde estaban antes. Aun las inundaciones locales que conocemos hacen cambios significativos en la superficie de la tierra, y estas no se pueden comparar con el diluvio de Noé. La evidencia de la sedimentación rápida después de inundaciones se ha observado. No es difícil, pues, aceptar que todos los estratos de la corteza de la tierra se acumularon como consecuencia del cataclismo descrito en la Biblia en los días de Noé. Es en extremo absurdo negar que tal cataclismo tuvo un efecto tremendo sobre la corteza de la tierra.
C. Los fósiles. En cuanto a los fósiles, es lógico que éstos se han encontrado y todavía se encuentran todos mezclados sin orden alguno en los diversos estratos. El fenómeno de la muerte simultánea de centenares de miles de animales desafía la comprensión de geólogos y evolucionistas. Todos han oído de los mamuts, mastodontes, etc. que se han encontrado congelados en Alaska y Siberia. Este fenómeno simplemente no se puede explicar excepto como resultado de un cataclismo o catástrofe de alguna forma. Estos animales no murieron por causas normales, pues normalmente cuando muere un animal, de una vez es devorado por otros animales o aves de rapiña; más bien estos murieron ahogados o asfixiados por ser sepultados bajo toneladas de agua, lodo y escombros. (Si se pregunta acerca de la extinción de estos animales, recuérdese que Noé metió “dos de cada especie” en el arca, pero dentro de cada especie había y hay gran variedad; p. ej., metió elefantes en el arca, pero no necesariamente de toda clase de elefante como los mamuts y mastodontes). Además los fósiles de muchos animales y otras criaturas se encuentran lejos de donde se encuentran ahora; por ejemplo, fósiles de peces se han encontrado en las montañas. Sin duda alguna el diluvio afectó la temperatura de la tierra y muchísimos animales se congelaron donde antes había vegetación. La prueba de esto se ve en el contenido de los estómagos de los animales congelados. La supuesta “edad glacial” no explica el fenómeno, porque tal cambio hubiera llegado paulatinamente y los animales habrían salido en busca de la vegetación que acostumbraban comer. La extinción en masa de tantos animales se puede explicar solamente por algún evento catastrófico. Los científicos no pueden explicar este fenómeno, pero se sienten obligados a admitir que refleja cambios atmosféricos incalculables que ocurrieron súbitamente.
B. 2 Ped. 3:3-6 trata de esta filosofía: “en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; 7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”. Hoy en día hay muchísimos burladores “intelectuales” que voluntariamente ignoran el diluvio y el impacto que tuvo sobre la tierra. Los que intentan armonizar Gén. 1 con la tabla geológica cometen el mismo error, pues no toman en cuenta el diluvio. Aun dicen que fue una inundación local en el país de Mesopotamia.
C. Por lo tanto, en cuanto a los cambios de la superficie de la tierra, al juzgar el pasado por el presente, se calcula que la tierra fue creada hace billones de años.
D. Ahora bien, tengamos presente que hablamos de los que afirman su creencia en la creación de Gén. 1, pero tratan de armonizar la Biblia con la tabla geológica, la cual en turno fue inventada para confirmar la evolución. La inconsistencia de los tales se ve en que rechazan la evolución orgánica, pero aceptan la evolución de la creación inanimada; es decir, afirman que Dios es el Creador del universo, pero que lo hizo a través de billones de años.
A. ¿Por qué explicar todo eso? Ahora llegamos al grano del estudio. Fue necesario explicar lo otro para que se entienda por qué algunos creen que los seis días de la creación eran más bien “días creativos” (períodos creativos). Creen que Gén. 1:1 quiere decir que Dios creó todo, pero que lo hizo hace billones de años. Entonces creen que el v. 2 dice que lo que Dios creó “llegó a ser” desordenado, y que después de billones de años El comenzó la creación descrita en el resto del capítulo. Además se supone que había millones de años entre los días de la creación. No hay justificación alguna para traducir el verbo “estaba” (hayethah), como “llegó a ser”; tampoco hay justificación para tratar de meter miles o millones de años entre los días de la creación.
B. ¿Qué creyeron los israelitas y otros a través de los años? Desde luego, nadie creía en “períodos creativos” antes de existir la filosofía llamada “evolución” y la tabla geológica. Seguramente cuando Moisés escribió el Génesis y los israelitas lo leyeron, ellos entendían exactamente lo que Moisés escribió, que “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” y que lo hizo en seis días literales y consecutivos. Hay que haber motivo ajeno para “entender” este texto de otro modo. Los eruditos del idioma hebreo conceden que los días de Gén. 1 son días literales. Aun los eruditos modernistas conceden que fueron días literales. Desde luego, estos no creen en la creación (creen que es un mito), pero no juegan con la palabra “día”. Los “científicos” que aceptan la evolución tampoco creen que los días de Gén. 1 son figurados. Para ellos este argumento es absurdo. Por último, los que aceptamos la creación así como está revelada en el Génesis rechazamos tal concepto, porque lo vemos como lo es, el intento de modificar la verdad para armonizarla con la evolución.
C. Si el hombre no puede entender esta revelación de Dios, ¿cómo puede entender el resto de la Biblia? Seguramente Dios quería y quiere que todos entiendan que El es el Creador y que creó todo en seis días (Ex. 20:11; 31:17). ¿Nos quería confundir o engañar? Si lo hubiera hecho por el proceso de la evolución a través de millones o billones de años, sin duda alguna lo habría explicado en Gén.1.
D. La primera vez que aparece la palabra “día”. El significado de una palabra figurada se basa en el significado literal; por eso, lo figurado no puede ser primero. Desde luego, la palabra “día” se usa figuradamente en muchos textos, pero no es posible que se use figuradamente la primera vez que aparezca. Lo literal tiene que ser primero, y después el uso figurado. Por ejemplo, el cuerpo físico tiene muchos miembros y cada miembro tiene su función; por eso, cuando Pablo habla de la iglesia como el cuerpo de Cristo, es fácil entender su uso de esta figura. El significado de la palabra figurada se basa en el sentido de la palabra literal. Asimismo, la palabra “día” en Gén. 1 tiene que ser literal, pues es la primera vez que se usa.
E. 2 Ped. 3:8, “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”. Pedro explica que Dios, siendo eterno, no está afectado o limitado por el tiempo. Este texto no viene al caso; no tiene nada que ver con los días de Gén. 1.
F. El uso de un número con la palabra “día” (359 veces aparte de Gén. 1) siempre indica que es un día de 24 horas. P. ej., Gén. 30:36. Frecuentemente (162 veces) Dios dio mandamientos que el pueblo había de hacer o no hacer ciertas cosas en ciertos días. Si la palabra “día” con número siempre quiere decir día de 24 horas en los demás textos, entonces debe significar día de 24 horas en Gén. 1.
G. La Biblia define la palabra la primera vez que aparece. Gén. 1:5, “Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y fue la mañana un día”. “La tarde y la mañana un día”. Cuando la frase “la tarde y la mañana” se conecta con un número y la palabra yom (día) al final de cada fase de la creación, no hay manera más fuerte de especificar un día normal. En 38 textos estas dos palabras se encuentran juntas y en cada texto se refieren a un día normal.
H. Exodo 21:9, Dios mismo dice, “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. ¿Alguien quiere discutir con Dios? En este texto Dios mismo explica enfáticamente el significado de los siete días de la semana. ¿Los seis días que los israelitas habían de trabajar eran períodos de miles o millones de años? Si no, entonces los seis días que Dios trabajó no eran períodos largos. ¿Podían los israelitas entender cuánto tiempo habían de trabajar? ¿Podían entender cuándo no deberían trabajar? Dios mismo estableció el patrón para los israelitas.
I. Hierba verde sin sol. Si los días de Gén. 1 no fueron días literales, entonces la hierba verde (árboles, plantas, toda la vegetación) que fue creada el tercer día hubiera tenido que existir por miles o millones de años sin el sol, porque fue creado hasta el cuarto día.
J. Adán fue creado el sexto día y vivió 930 años (Gén. 5:5), pero si cada uno de los días de la creación hubiera durado miles o millones de años, entonces Adán habría tenido miles o millones de años de edad.
K. Marcos 10:6, “pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios”. Este texto es sumamente claro. Jesús mismo afirma que Dios hizo al hombre y a la mujer “al principio de la creación”, es decir, durante la semana de creación descrita en Gén. 1. Jesucristo es Dios y durante su vida terrenal mostraba constantemente su omnisciencia. Si el universo incluyendo la tierra hubiera sido creado billones de años antes de la creación del hombre, entonces Jesús lo habría sabido. Con tal conocimiento no habría dicho que “al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios”. Además, recuérdese que “Todas las cosas por El fueron hechas, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3; véase también Col. 1:16). Por lo tanto, si el universo fue creado hace 15 billones de años, Cristo no solamente lo sabía, sino que El mismo lo hizo. ¿Por qué, pues, no dijo ‘15 billones de años después de la creación, varón y hembra los hizo Dios’?
Conclusión.
A. Mucho cuidado con los que profesan ser “conservadores”. Esta palabra comenzó a usarse para identificar a los que se oponían al institucionalismo y toda forma de centralización. Pablo dice (2 Tim. 1:13), “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús”. Retener (conservar) la forma (el patrón) de la sana doctrina. Es lo que se debe hacer. Sin embargo, hay otras cuestiones muy importantes aparte del institucionalismo: p. ej., errores sobre el divorcio y nuevas nupcias; errores sobre la Deidad de Cristo; errores sobre los días de la creación; y errores sobre la aplicación de Rom. 14 (tener comunión con los que enseñan y practican error porque éstos profesan ser “conservadores”).
B. Aunque lo nieguen, los que afirman que los días de la creación no fueron literales quieren armonizar la Biblia con la evolución. Dicen que creen Gén. 1 y que rechazan la evolución, pero no creen lo que Gén. 1 dice, y sí creen en la evolución, no la evolución orgánica, sino la evolución de la creación inanimada (el universo incluyendo la tierra).
C. La tabla o columna geológica y la evolución son gemelos. La tabla depende de la evolución y la evolución depende de la tabla. Nos dicen la edad de las tablas por los fósiles que se encuentran en ellas, y nos dicen la edad de los fósiles por las tablas donde se encuentran.
D. Los actualistas (uniformitarians) no pueden explicar los estratos de la superficie de la tierra, pero un cataclismo (el diluvio de Noé) sí los puede explicar. Gén. 7:17-24 describe ampliamente la catástrofe que tuvo un impacto incalculable sobre los continentes, océanos y mares, montañas y valles, y toda la superficie de la tierra. Los que dicen que esto fue un diluvio local simplemente niegan la Biblia (Gén. 7:19,20). El apóstol Pedro se refiere a este cataclismo (2 Ped. 3:4-6), diciendo que “el mundo de entonces pereció anegado en agua”. La palabra “perecer” (apollumi) quiere decir “destruir” (no aniquilar, sino arruinar). El diluvio hizo cambios radicales en toda la superficie de la tierra. La turbulencia drástica de tanta agua azotaba toda la tierra por meses. Hemos visto la fuerza de inundaciones locales, lo que hace no sólo con edificios sino también con árboles y rocas. La erosión es tremenda. Cambian el curso de los ríos. Excavan cañones. Imagínese, pues, el efecto del diluvio de Noé sobre la tierra.
E. Si aceptamos esta verdad, rechazaremos las teorías con respecto a la tabla geológica y no habrá razón alguna para no aceptar la sencilla verdad de la creación de todo en seis días literales como la Biblia afirma. “Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado” (Rom. 3:4).
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