¿“Juan solamente combate la herejía gnóstica”?

 

          Algunos quieren disminuir la fuerza de 2 Jn 9 diciendo que Juan sólo combatía la herejía de los gnósticos, pero la enseñanza de Juan es general, es para todos de cualquier época. Se aplica con igual fuerza ahora como en el primer siglo. Desde luego había ciertos maestros falsos en el tiempo de Juan y sin duda él los tenía en mente, pero él no dice nada de “gnósticos” porque el Espíritu Santo bien sabía que el problema que existía en el primer siglo existiría en todo siglo hasta el fin del mundo. Siempre hay maestros religiosos que no están contentos con la doctrina de Cristo y los apóstoles. Siempre hay maestros que progresan, que van más allá de lo que está escrito. Siempre hay los que rehúsan retener la forma (el patrón, el modelo) de sanas palabras.

          Gál. 1:8, 9 fue escrito para combatir a los judaizantes del tiempo de Pablo, pero lo que él dice a ellos es aplicable a cualquiera que se atreviera a pervertir el evangelio. No hay nadie (ni sectario ni hermano) que tenga el derecho de pervertirlo ahora. El evangelio es “la fe” una vez dada para siempre dada a los santos (Judas 3).

          1 Tim. 2:11, 12 fue escrito para las mujeres del primer siglo y algunos enseñan que esa enseñanza no es para la mujer moderna liberada, sino solamente para que la mujer cristiana respetara la cultura de su tiempo. Esto es progresar, ir más allá de lo que está escrito, y rechazar el Nuevo Testamento como patrón para la iglesia de la actualidad.

          De la misma forma algunos quieren limitar 2 Tes. 3:6, 14 al problema de miembros que no trabajan, pero este texto se aplica a todos los que anden desordenadamente.

          Recuérdese que lo que Pablo enseñaba a los corintios era lo que enseñaba en las demás iglesias. 1 Cor. 4, “17  Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias”; 1 Cor. 14, “Como en todas las iglesias de los santos,  34  vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice”.

          2 Jn 9-11 quiere decir, pues, que los que progresan o van más allá de la doctrina enseñada por Cristo (se desvían de ella) no tiene a Dios. Es indispensable, pues, que todos estudiemos, aprendamos y practiquemos la doctrina de Cristo.

          Al mismo tiempo, es indispensable que no tengamos comunión con los que se alejan de la doctrina de Cristo. Desde luego, la doctrina de Cristo incluye no solamente lo que El enseñó personalmente sino también la doctrina de los apóstoles (Hech. 2:42), porque éstos son sus embajadores (2 Cor. 5:20). Como dice Juan, “Nosotros (los apóstoles, 1:1-4) somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error”.

          Por lo tanto, no debe haber comunión con los que enseñan error sobre el matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias, ni con los que enseñan que hay un solo pacto, ni con los que dicen que Cristo no tenía o no usaba ningún atributo divino, ni con los que enseñan que los días de la creación no eran días literales (días consecutivos de 24 horas cada uno). Los que enseñan tales doctrinas se han desviado de la doctrina de Cristo. Deben humillarse, arrepentirse y volver a la verdad.

 

 

Al Estudio Anterior: “Unidad en la diversidad”: Página número 17
Libros Index
Al Siguiente Estudio: “Unidad en la diversidad”: Página número 19