"Ancianos patrocinadores"
A. No son ancianos bíblicos. Los ancianos de las congregaciones que se convierten en iglesias patrocinadoras se llaman ancianos patrocinadores. Pero no son ancianos bíblicos, porque no hay tales ancianos en la Biblia. Son más bien una mesa directiva sobre el proyecto auspiciado por la congregación. Su función como ancianos patrocinadores es completamente distinta a su función como ancianos de la congregación.
B. Patrocinan una empresa. Los ancianos patrocinadores administran los fondos de muchas iglesias. Ocupan y desocupan personal (sean secretarios o predicadores), emplean toda clase de medios o métodos, y tienen la completa supervisión del proyecto, de principio a fin.
C. Muchas iglesias funcionan como una sola. En este arreglo, una iglesia patrocinadora funciona para muchas iglesias. Los ancianos patrocinadores funcionan para muchos ancianos. De esta manera el fin deseado por muchos hermanos se logra: quieren que todas las iglesias funcionen como una sola. Desde luego deber haber unidad en la iglesia universal, pero la iglesia universal no tiene organización. Por lo tanto, el sueño de muchos hermanos es un sueño sectario.
D. Hay poder en el dinero. Es muy importante reconocer el poder que hay en el dinero y por consiguiente, en el manejo del dinero. Todos sabemos esto. El dinero recibido se convierte en servicio. El dinero obra -- hace muchas cosas -- y, por lo tanto, tiene poder y ejerce control porque habla con mucha autoridad. Los ancianos patrocinadores que reciben millones de dólares de otras iglesias tienen este poder, pero no lo reciben de Dios, sino de los hombres.
E. Los ancianos patrocinadores hacen sus propias decisiones y no tienen que consultar a nadie. Las iglesias contribuyentes no envían delegados para ayudar en el proceso de hacer decisiones; sería razonable (pensando humanamente) que lo hicieran, pero esto no es el plan de tales hermanos. En este respecto el sistema sectario es más justo y razonable, porque las congregaciones que son miembros de tales sociedades o convenciones tienen su voz y voto en la dirección del proyecto. Pero el plan de nuestros hermanos liberales se puede clasificar como "legislación sin representación"; es decir, las muchas iglesias que mandan dinero a la iglesia patrocinadora no tienen ni voz ni voto en la administración de los fondos.
Nótese: Esta explicación es importante: los ancianos patrocinadores ejercen toda autoridad y tienen completo control sobre los recursos de miles de iglesias. Por lo tanto, es obvio que no son ancianos bíblicos, sino una clase de ancianos diocesanos.
F. ¿Qué dicen de esto las iglesias que cooperan con la patrocinadora? Se contentan con decir, "Bueno, los ancianos patrocinadores gastan el dinero en la manera que prometen hacerlo, y estamos de acuerdo con este propósito".
1. Hay una gran variedad de decisiones importantes en cuanto a la selección de predicadores y otro personal, en cuanto a dónde predicar, cuánto gastar en cada lugar o en cada programa, cuándo terminar algún esfuerzo, qué libros o tratados deberían imprimirse, qué jóvenes deben admitirse como estudiantes en las escuelas, cuáles deben recibir becas, qué cursos deben enseñarse y por quién, y una infinidad de decisiones más.
2. Los ancianos de las muchas iglesias contribuyentes a las iglesias patrocinadoras o a varias instituciones entregan una gran parte de su obra y responsabilidad a éstas. Que lo hagan voluntariamente no lo justifica. La realidad es que lo hacen, y que es una práctica totalmente desconocida en las Escrituras. Es la imitación de un plan sectario basado en prácticas seculares.
3. Directores generales. Es increíble que las iglesias concedan tanta autoridad a los ancianos patrocinadores, pero la explicación es que éstos hacen el papel de directores de proyectos de la hermandad, y en base a esto se les concede tal autoridad. Todos saben que no son meramente ancianos de iglesias locales. Funcionan como ancianos de la hermandad universal. Ellos reciben honores como los obispos y otros funcionarios destacados en las iglesias sectarias.
4. Oponerse a Dios. Para muchos nuestra oposición contra tales ancianos es como oposición contra Dios mismo, porque para ellos cualquier decisión de los ancianos es legítima y los miembros pueden con toda seguridad someterse a ella. Muchos miembros han indicado que ellos dejan todo en las manos de los ancianos, y creen que si los ancianos están equivocados, darán cuenta a Dios, pero que esto no afectará la salvación de los miembros.
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