La Autonomía

          A.  La definición. Esta palabra se emplea frecuentemente para afirmar que cada congregación es independiente de las demás, y que bajo Cristo se gobierna sola. Este derecho es sagrado, y es una de las salvaguardias más importantes para proteger contra la apostasía.

          B. La historia habla: el primer paso en las grandes apostasías ha sido el de organizar a todas las iglesias en un cuerpo fun­cional. Siempre, sin faltar, en estos casos se ha inventado una forma de gobierno desconocida en el Nuevo Testamento. La jerarquía ro­mana, las varias formas de gobierno central de las sectas protes­tantes, o la iglesia patrocinadora y las instituciones de las iglesias de Cristo de la actualidad son formas de gobierno desconocidas en la Biblia. Son cambios serios, cambios que no son inocentes como muchos suponen.

          C. Iglesias llevadas a la apostasía. En los primeros siglos cuando todas las congregaciones comenzaron a centralizar el poder en los obispos metropolitanos y después en el obispo de Roma, todas las congregaciones ligadas en este arreglo fueron llevadas a la apos­tasía. Esto nos hace ver lo serio de la centra­lización.

          D. A fines del siglo pasado y a principios de éste todas las con­gregaciones que cooperaron con la Sociedad Misionera -- que al principio fue un plan sencillo y básico de centralización  -- fueron  llevadas a la apostasía. A consecuencia de esta y otras innova­ciones estas congregaciones que eran iglesias de Cristo formaron otra denominación llamada "La Iglesia Cristiana" (o "Los Dis­cípulos de Cristo"). Esto nos hace ver lo serio de la cen­tralización.

          E. Otra apostasía. En el siglo presente, muchas iglesias de Cristo están cayendo en el mismo error (la centralización). En lugar de establecer un cuartel general, o una sola sociedad mi­sionera, han establecido varios centros de "cooperación" y les dan nombres más aceptables a los miembros (evitando la ex­presión "sociedad mi­sionera"), nombres nuevos que suenan ino­centes a sus oídos, como "iglesia patrocinadora", "hogar" para niños, "hogar" para ancianos, etc.

          F. Pero el cambiar la etiqueta no cambia la mercancía.  Es el mismo institucionalismo, la misma centralización, y el mismo error cometido por la iglesia en los primeros siglos y en el siglo pasado.  Todos estos arreglos destruyen la independencia de las iglesias lo­cales que participan en ellos, y les llevan a la ruina; por ejemplo, "The Herald of Truth": esta empresa que después de funcionar al­gunos años, un gran número de iglesias dejaron de enviarle dinero debido a algunas doctrinas y prácticas de la iglesia Highland que la patrocina. Aun aceptaba algunos aspec­tos del movimiento caris­mático; y originó otro programa llamado "Heartbeat" que predica sin mencionar a Cristo y a su iglesia.

          G. ¿Cuál es la defensa más común de la práctica de enviar dinero las iglesias a una iglesia patrocinadora? El refrán más oído es que  "Se hace voluntariamente". Los hermanos liberales se de­fienden siempre con esto. Creen que no hay ninguna vio­lación de la autonomía de las congregaciones que  "cooperan" con la pa­trocinadora porque participan voluntariamente. Ar­gumentan que la iglesia patrocinadora usa el dinero como las iglesias que lo mandan quieren que se use.

                   1. Pero muchísimos males se hacen voluntariamente. Mu­chos padres de familia entregan voluntariamente la disciplina de sus hijos a otros. ¿Qué error religioso no se practica volun­tariamente? ¿Acaso son forzados a practicarlo? Toda apostasía es voluntaria. La inquisición de la Edad Media fue voluntaria. La música instrumental se usa voluntariamente en el culto. Todo cambio que se ha hecho en el gobierno de la iglesia se ha hecho voluntariamente, comenzando con los cambios en los primeros siglos.

                   2. La autonomía tiene que ver con el funcionamiento de la congregación. La congregación que entregue una parte de su obra (función) a otra iglesia pierde parte de su autonomía. Hay poder en el dinero que se manda a otra iglesia. El dinero obra, tiene fuerza. Se convierte en servicios y en beneficios.

                   3. La iglesia que emplee su dinero para predicar local­mente o en otros campos hace la obra que le ha asignado Dios.  Lo mismo si envía dinero a los santos pobres. Ella misma está obrando, está funcionando, como Dios ordena.

                   4. Pero si manda su dinero a alguna iglesia patrocinadora para que ésta funcione, entonces la iglesia contribuyente no fun­ciona en esa obra, pues entrega su responsabilidad a la igle­sia pa­trocinadora.

 

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